|Diez|

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Las probabilidades de que River fuera al mismo local que Cole eran bajas, casi nulas.

Pero definitivamente no eran imposibles.

Y lo comprobó cuando fue a pedir una jodida Coca-Cola a la barra y lo encontró con una chica hablando airadamente, todo sonrisa y dientes.

River gritó más de lo necesario su pedido y maldijo porque Cole estaba de espaldas a él. Solo atrajo la atención de la mujer que lo miró un Segundo antes de volver a poner su vista en Cole.

Bien. River no se ofendió por no haber enamorado a la chica en un momento, sabía perfectamente que él mismo era atractivo, y obviamente Cole no se quedaba atrás: Pelo negro, piel pálida, ojos intensos verdes, bonitos labios, contextura adecuada y alto.

Él no negaría que le dio varios pensamientos al físico de Cole.

Trató de escuchar su conversación.

¿De verdad él tenía que salir también Esa misma noche y ponerse a ligar?

—La verdad estoy esperando a un amigo.—Dijo Cole amablemente; sin quitar esa estupida sonrisa.—Solemos venir aquí a tomar algo.

River rodó los ojos.

—¿En serio? No te había visto antes.—Dijo ella.—Empezaré a venir más para encontrarte.

River la miró asqueado.

La chica lo notó y le devolvió la mirada extrañada.

River evitó el contacto visual y se hizo el loco.

Bien. Ella no tenía la culpa.

Cole rio ante su comentario y asintió.

—Me encantaría.

River profundizó su mueca e hizo el amago de vomitar.

—Espera,—Escuchó de la mujer.—¿Tienes algún problema?

River la miró curioso para saber qué ocurría y se percató que lo estaba mirando a él.

River se puso recto y se preparó para mirar a Cole, quien se estaba dando la vuelta.

—Oye.—Dijo el rubio, fingiendo que no se había percatado de que Cole estuviera ahí.—¿Qué haces aquí?

Prefirió no responderle a ella y centrarse en Cole.

El pelinegro lo observó desde abajo, sentado.

—¿Me estás siguiendo?—Preguntó Cole a la defensiva.

—Definitivamente no.—Respondió con desdén.—Eso debería preguntártelo yo a ti. Qué casualidad que salgas cuando yo lo hago.

Cole lo miró aburrido.

River odiaba cuando lo miraba así. Sentía que a Cole no le importaba en lo más mínimo lo que hiciera con su vida, como si el mismo hecho de respirar le diera igual, o incluso le fastidiara. Su rostro decía "River, puedes morirte y me daría absolutamente igual".

River quería más emociones en su rostro, y ese rostro neutral le molestaba. Le frustraba.

—¿Sabes qué?—Se levantó del asiento y se acercó a River.—No eres el único que necesita una buena jodida.—Sonrió pero no había nada de divertido en él. Su dedó señaló y tocó el pecho de River.

River le devolvió la sonrisa arrogante y le agarró el dedo.

—¿Quieres decir que te pusiste caliente después de lo que pasó esta mañana?—Apretó el agarre en el dedo.—¿Fui quien provocó que estés ansioso y frustrado sexualmente?

Último sentimiento (4)Where stories live. Discover now