Cole fue recibido calurosamente por sus hermanos y por Mateo, como siempre.
El primero en abrazarlo de los dos fue Mateo.
El olor del hombre fue reconfortante. Olía como casa y a recuerdos dulces y lindos de la infancia de Cole.
—Gracias.—Dijo en bajo Cole.
Mateo resopló, apartándose un poco pares mirarle.
—No sé por qué agradeces.—La sonrisa del hombre era tal y como la recordaba Cole: atrayente, confiada, linda y que contagiaba a uno a sonreír de igual manera.
Cole así lo hizo.
Mateo sabía perfectamente cómo tratarle y qué palabras exactas decir, después de todo él había ido a terapia un tiempo cuando padeció mucha inseguridad, depresión y ansiedad. Así que él entendía mejor que nadie a Cole. Tal vez por eso Cole y él habían forjado un lazo tan fuerte. Por otra parte, Sian era psicólogo, así que también conocía maneras para poder comunicarse con Cole y ayudarle cuando sentía que su mundo se reducía a "ser un estorbo sin familia".
—Venga, chicos, dejad a vuestro hermano.—Mateo alejó a Adam, Hayley y a Dylan que trataban de treparse a Cole como monos emocionados por un atractivo árbol.
Cole soltó una risa.
La casa de Mateo y Sian era tan ruidosa y llena de vida.
Su departamento ahora estaba oscuro y completamente en silencio. Queen siempre había sido tranquila y pasaba desapercibida como de costumbre. Se suponía que las mascotas se parecían a sus dueños. Queen lo confirmaba. Así que la ausencia de River era bastante evidente.
—¿Y mi hermano?—Preguntó Cole, dirigiéndose a la sala de estar junto a Mateo. Los niños fueron a sus cuartos de juegos y les dejaron privacidad.
Mateo se dejó caer en el sofá y se colocó las gafas correctamente.
—Está en la piscina con Evie y Harry.—Señaló a la dirección donde se suponía que estaba la piscina.—Creo que tengo una idea de lo que quieres hablar.
Cole miró un poco nervioso a Mateo. No es que le diera miedo, pero no quería decepcionarlo.
—¿Se trata de River?—Cuestionó Mateo cruzándose de brazos y borrando toda sonrisa. Sus ojos azules se veían completamente serios y analizantes.
Cole recordó las pocas pero intensas veces que Mateo le había regañado y había puesto la misma expresión y postura.
—¿Por qué lo dices?—Jugueteó con sus manos inconscientemente y apartó la mirada.
Genial.
—Mi reflejo me llamó.—Explicó, refiriéndose a su hermano gemelo.—River está en su casa.
Cole asintió. Un poco aliviado de conocer su paradero. Era una tontería pero Cole consideraba que junto a sus padres estaba más seguro.
Liam Scott tenía bastante seguridad, así que posiblemente era un buen sitio para quedarse un tiempo sin peligro.
—Oh.—Dijo Cole débilmente.
—River no suele volver a casa de pronto.
Cole también lo sabía.
Así que era bastante probable que hubiese vuelto porque estaba harto de Cole y necesitaba un poco de distracciones y comodidad, ¿y dónde mejor que junto a su familia? Él era un chico de familia.
A Cole le sorprendió que estuviese pensando normal y tranquilamente, sin despecho o rencor.
Frunció el ceño.
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Último sentimiento (4)
Teen FictionDos jóvenes que participaron en el servicio militar al tener la suficiente edad. Uno para no estorbar a su hermano en su vida; y otro solo por gusto. Dos jóvenes que tomaron diferentes caminos. Cole desde joven decidió ayudar a los más necesitados...