19 || Dragonstone ||

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128 D.C

Rhaenyra suspiro leyendo la carta de su esposo, resignada por la insistencia de Otto Hightower de querer casar a su hija sin su consentimiento, deseo con todas sus fuerzas volar a King's Landing e ir a hablar con el viejo ella misma, pero las palabras de Daemon en la carta aseguraban que el manejaría la situación, lo que sea que eso signifique considerando el temperamento del hombre y su sobreprotección hacia Aeva.

Dejo la carta sobre la mesa de sus aposentos y salió, sus hijos Jacaerys y Lucerys entrenaban en la playa con Rhaena también participando. Los príncipes habían estado entrenando más seguido desde que Daemon y Aeva se habían ido hace más de tres meses.

—Vamos Luke, sigamos entrenando y tal vez podamos igualar a Daemon y a nuestra hermana en un combate.

—Tu tal vez, yo no—Se quejó el menor.

—No seas pesimista, solo sigue practicando y con el tiempo serás muy bueno.

—No tanto como tú y Aeva, menos como Daemon.

Jace hizo una señal para que el lord comandante y los otros dos guardias se retiraran dejándolos solos, Rhaena también se alejó. Se acercó a su hermano menor y paso su brazo sobre sus hombros obligándolo a caminar a su lado por la playa.

—¿Qué te tiene tan pensativo?

—No es nada.

—Luke...

—Extraño a Aeva—Admitió.

Jace suspiro.

—Yo también, pero sabes que no le gusta permanecer encerrada aquí.

—No está encerrada, puede salir a caminar por la isla y volar con su dragón.

—Sabes a lo que me refiero.

Esta vez fue el turno de Luke de suspirar.

—Extraño cuando los tres salíamos a volar juntos, cuando entrenábamos los tres, y no nos preocupábamos por...títulos estúpidos.

—Ya no somos niños Luke, cuando madre sea coronada Aeva será su heredera y por eso ella ya tiene que comportarse como una heredera legitima.

—Y tu heredaras Driftmark.

—Si—suspiro.

Jace tomo de los hombros al chico y lo miro atentamente.

—No me niego a mi posición, siempre estaré a tu lado hermano, y Aeva también, somos tus hermanos mayores y siempre vamos a cuidar de ti.

Luke bajo la mirada dejando que su hermano lo abrazara, ante la vista lejana de Rhaenyra quienes sonreía al verlos.

La tarde paso lentamente, el atardecer se dejó ver en Dragonstone junto los rugidos de los dragones por toda la isla, Rhaenyra había salido a volar con Syrax junto a Rhaena con brincanube como lo hacía cada tarde, ambas sobrevolando los mares cercanos antes de volver para la cena.

Los cuatro se sentaron en la mesa para comer, todos hablando de temas al azar, hasta que una segunda carta llego de Winterfell.

Rhaenyra lee rápidamente lo escrito y sonrió abiertamente.

—Daemon y Aeva volverán en una semana, se quedarán para el final de la celebración en el norte y luego volverán a casa.

—Ya era hora—Exclamo Jace riendo—Ahora esperemos las historias que nos tendrán en cuanto lleguen.

—De seguro serán muchas—Coincidió Rhaena.

—Y puede que interesantes—Dijo Rhaenyra—Al igual que todas las demás.

Continuaron con la cena dejando de lado el tema cuando Joffrey llego a la mesa seguida de una doncella, el niño estaba feliz contándole a sus hermanos lo que el maestre le había enseñado con ellos sonriendo mientras lo escuchaban atentamente.

Hasta muy tarde estuvieron conversando hasta que Rhaenyra los mando a cada uno a dormir, caminaba por los pasillos de su hogar hasta llegar a sus aposentos y suspiro volviendo a sacar la carta que Daemon le había mandado, Aemond había llegado a Winterfell un día después de ellos y Daemon había sacado de nuevo el tema de hace años, preocupando a la heredera de la corona.

Saco un pergamino y una pluma, escribiendo apresuradamente claro y justo, le ordeno al guardia afuera en su puerta que mandara el mensaje al príncipe Daemon en Winterfell de inmediato, cuando el guardia asintió y camino por los pasillos hasta desaparecer de su vista, Rhaenyra respiro hondo pensando en su hermano Aemond y las preocupaciones de Daemon escritas en esa carta.

Miro la luna aparecerse iluminando la noche, y pensó por un momento en el futuro de sus hijos y lo que los aguardaba en el futuro.

Hace tres años cuando dejaron King's Landing, Daemon y ella habían hablado sobre el futuro de su hija mayor, habían decidido que ella debería de aprender de diferente manera como los siete reinos eran manejados por lo que decidieron que Daemon y ella visitarían dichos reinos y Aeva aprendería de ellos como hizo Rhaenyra hace algunos años por decisión propia, para que cuando sea el momento, Aeva sepa cómo lidiar con los lords y Ladies de cada reino, sabría cómo interactuar con ellos, como formar alianzas y conocer los intereses de cada reino.

Pero detrás de eso, Rhaenyra había tenido la intensión de ver si a lo largo de los viajes su hija conocería a alguien de su interés, pues Rhaenyra admitía que su hija en algún momento debía casarse, pero a la vez no quería que fuera por obligación para unir alianzas, ella quería que su hija encontrara el amor, no quería que se casara con un hombre que no la valorara y perdiera años de su vida casada con un hombre que la menospreciara, no quería que su hija perdiera años para poder estar con el hombre que amaba.

Pero en estos tres años ningún príncipe, lord o hombre noble había llamado la atención de la princesa y la carta de Daemon contando las intenciones de Otto de casar a su hija la estaba desesperando.

Cregan Stark era un buen chico, unos años mayor que Aeva y ambos se habían conocido a lo largo de estos últimos años, ambos se habían vuelto amigos y después de la muerte de Lady Arra fue una desgracia para el lord del norte y comprendía su rechazo hacia la propuesta de la reina, y su sinceridad ante ellos al decirles que por más alta estima que le tenga a la princesa, no desea darle una vida que tal vez no querría lejos de su familia.

Conocía a su hija perfectamente y sabía que su resistencia a conocer a hombres de nombres importantes no era porque no estaba interesada, sino porque su corazón ya le pertenecía a otro y esa persona se había vuelto a topar en su camino para hacerla darse cuenta de lo que siente.

El futuro de ambos príncipes Targaryen podría ser el comienzo de curación de heridas para cierto príncipe que, aunque no lo demuestre, está roto por dentro y merece tener a alguien que junte sus piezas y las mantenga unidas y sea su ancla para que no sucumba a la oscuridad.

Aemond y Aeva debían darse cuenta de lo que sienten uno por el otro, solo los dioses permitirían esa unión, sabiendo de lo genuina y pura que llegaría a ser.

...

MIREN ESTA FOTO QUE ENCONTRE EN PINTEREST AHHHH ES PRECIOSA Y ES PERFECTA PARA AEVA, TAL CUAL ME LA IMAGINO COMO ESTA FOTO

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PINTEREST ES MI SALVACIÓN EN TIEMPOS DE ANGUSTIA JAJAJA

Fire and Blood (Aemond Targaryen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora