La princesa Anneliese nació el 12 de diciembre de 1494, sí tan solo unos meses después de la llegada de su futuro amor.
El qué parecía ser un hermoso día en su gran Imperio, el Imperio Francés, pronto se convertiría en su martirio. Anne, cómo solían...
Desde el balcón de los aposentos qué pertenecían a la madre del sultán, Anneliese se encontraba con lágrimas en sus ojos mientras veía el ataúd del sultán Selim pasar por el harén.
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Aún lado de ella, la ahora Kadın Ayşe y la sultana Hatice. Ambas mujeres igual qué ella con su rostro lleno de lágrimas y una tristeza profunda.
— ¿Cuándo llegará el príncipe? — Preguntó entre sollozos la reina a su amiga Hatice.
— 1 semana. — Respondió la sultana mientras recargaba su cabeza en el hombro de su amiga.
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Durante esa semana Anneliese acompañó a Hatice en su duelo, mientras Ayşe Kadın y sus hijas eran enviadas al palacio de lágrimas por Daye Hatun, quién inesperadamente había llegado a Topkapi para hacer una limpieza de concubinas qué se irían a ese palacio.
— Sultana. — Daye Hatun le habló a Anneliese.
— Reina Anneliese, Daye. Recuerda quién soy ahora. — Respondió Anneliese mientras veía a la mujer frente a ella con seriedad.
— ¿A qué vino, majestad? ¿A meterle ideas en la cabeza a nuestra sultana? — Preguntó con enojo la hatun.
— ¿Qué ganó yo con eso Daye? A fin de cuentas tú, la sultana Hafsa y el príncipe Süleyman solos se ganaron el desprecio de Hatice. — Respondió aún con esa mirada fría qué ahora la caracterizaba.
— Al parecer ya se iba, siga su camino, y está vez se irá para nunca más regresar, se lo aseguro. — Dijo la hatun con seriedad para después mirar a la salida del harén.
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— Ten eso por seguro, Daye. Por qué no solo seré yo quién no pise este palacio, mis hijos tampoco lo harán. — Amenazó para después salir del harén sin mirar a nadie.
— ¡RECUERDE QUÉ LOS PRÍNCIPES PERTENECEN A ESTÁ PODEROSA DINASTÍA! — Gritó Daye, más fue en vano ya qué Anneliese pronto salió del palacio.
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30 de septiembre de 1520.
En Estambul y en todo el imperio se llevaba a cabo una celebración, el príncipe Süleyman de 26 años ascendería al trono del gran Imperio, siendo entonces el ahora sultán Süleyman.
Una celebración qué duraría 10 días por órdenes de la sultana Hafsa.
Mientras la sultana Hatice, lloraba en las piernas de Gülfem Hatun, una ex concubina de su hermano. ¿Por qué lloraba? Su hermano Süleyman ahora qué ha ascendido al trono dió la orden de qué su hermana no volvería a salir del palacio sin órdenes de el y ella sabía qué jamás le daría aquel permiso.
Hatice jamás volvería a visitar a su única felicidad.
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La sultana Hafsa había llegado 1 días después, por lo tanto se encontraba caminando en el pasillo qué va directo a sus nuevos aposentos tras ella Gülfem y Hatice, pero aquellos gritos de una esclava pelirroja la hicieron detenerse.
— ¿Quién es esa insolente? — Pregunto la sultana con enojo por todo el escándalo qué estaba haciendo la joven.
— Son las nuevas esclavas, sultana. — Respondió una de las sirvientas qué la acompañaban.
— Traigan a esa insolente a mis aposentos. — Dijo la sultana.
Hatice solo podía mirar a aquella mujer con tristeza, sí se unía a su madre, sería la perdición.
Entonces tomo una decisión.
No dejaría qué esa joven se uniera a su madre.
Aún si llegaba a ser una sultana, ella se encargaría de qué no fuera un problema para Anneliese.
