Chapter 36.

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1 semana después.
Estambul, Imperio Otomano.

Anneliese había llegado a su destino después de una larga semana de viaje en el mar, estaba agotada pero quería irse lo más rápido posible, Élise y Marie entraron al palacio para informar sobre su presencia mientras ella iba acompañada de Damla y su consejero imperial Nicholas.

— ¡ATENCIÓN LA REINA ANNELIESE ESTÁ AQUÍ! — Élise gritó informando la presencia de la reina y aunque fue un poco raro para las concubinas estás hicieron una reverencia, algunas reconociendo a Élise y a Marie más estás no les prestaban atención.

Informado esto una joven encapuchada entró, sorprendiendo a Sümbül Agha el cuál había llegado al harén cuándo escuchó el nombre qué desde hace mucho tiempo no se era pronunciado en aquellos lares.

— Mi sul-sultana. — Hablo Sümbül mientras hacia una reverencia.

— No soy una sultana. — Respondió fríamente sorprendiendo al eunuco. — Llévame hasta los aposentos del sultán, necesito hablar con él.

— Cómo ordene majestad. — Dijo Sümbül con una sonrisa triste.

Y así emprendieron camino a los aposentos del sultán guiada por Sümbül, quién no dejaba de mirarla, Élise, Marie y Damla iban tras ellos.

— Sümbül Agha, el sultán está ocupado con la señorita Hürrem. — Dijo uno de los guardias cuándo vió al agha llegar junto a una mujer.

Anneliese no le importó y entro, atrás de ella los gritos desesperados del eunuco se escuchaban.

— Majestad, regresé! Oh Allah. — El eunuco se frustró, por lo qué pasó su mano por su frente.

Anneliese llegó a las otras puertas, un solo guardia se encontraba ahí pero con la fría mirada qué llevaba fue fácil de manipularlo.

El sultán y Hürrem iban a besarse cuándo las puertas fueron abiertas asustandolos, Anneliese al ver a la mujer ahí bajo su mirada para qué está no la mirara en lo absoluto.

— ¿Quién eres? ¿Cómo osas a interrumpir a tú sultán? — Cuestionó el sultán un poco asustado.

— Señorita salga de aquí, debo hablar con el sultán. — Anneliese dijo con seriedad.

Hürrem miró al sultán con confusión, mientras del sultán se veía sorprendido por aquella voz...la había reconocido.

— Hürrem vete, regresa más tarde. — Ordenó el sultán alejándose de ella para acercarce a la mujer encapuchada.

La pelirroja iba a decir algo pero el sultán la miró con una cara de pocos amigos qué sintió temor, así qué hizo una reverencia y salió de los aposentos.

Anneliese ala escuchar las puertas ser cerradas alzó su vista mientras tiraba la carta frente al Sultán.

— ¿Por qué me envió eso? — Preguntó la mujer con seriedad levantando una de sus cejas.

— ¿Por qué me envió eso? — Preguntó la mujer con seriedad levantando una de sus cejas

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