Snap out of it (25)🏎

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Mi corazón se aceleró al escuchar su nombre.

-¿Qué dice?

-Que eres un amuleto de la suerte.

-Ah, yo no lo pondría así.

-¿Por qué no? Estabas con mi hermano y le iba bien, estás con los Bull ahora y ganan cada carrera, y viniste a verme hoy y veme.- sonrió.

Le iba.

-Tal vez deba irme a Las Vegas a apostar o algo así.- bromeé.

Rió.

-¿Te veo en la carrera al rato? Estaré con los rojos.

-Y yo estaré con los azules.

Me dedicó un guiño antes de dirigirse a su rueda de prensa. Dios, lo similar que es a Charles me asusta.

A decir verdad, los 3 hermanos Leclerc son muy muy similares y no solo físicamente.

(...)

Vi en una de las pantallas la entrevista que le están haciendo a ambos en este momento. Charles se había dejado crecer el cabello desde la última vez que lo vi, y no está usando gorra... pero dios, se ve guapísimo, más que de costumbre, si es que eso es posible. Me dificulta mucho el no hablarle cuando se ve así en este momento.

El Gran Prix de Australia fue polémico y controversial desde que inició. Fue el día que la carrera se inició 4 veces, con menos pilotos cada vez. Pero para un piloto, el sueño se apagó en la primera vuelta.

Mi atención está puesta en los números frente a mí, cuando vi por el rabillo del ojo una mancha roja derrapar en la segunda curva de la primera vuelta. Mi pulso se aceleró cuando vi el número 16 ser empujado fuera de la pista hacia la grava.

No puedo evitar que mi corazón se estruje cada vez que Charles tiene un mal día, que parece ser diario últimamente. Realmente parece que el chico va de mal en peor; no termina las carreras, choca, su auto se descompone, termina varado en la grava... todo lo que podría pasar, ya le pasó, es el colmo.

Siento el corazón en mis oídos cuando escucho por la radio las palabras que me temía escuchar.

-Leclerc está fuera. Tenemos bandera roja.

Bajó decepcionado de su monoplaza. No se molestó en retirar el volante, o en revisar el auto para ver los posibles daños. Ni siquiera volteó para mirarlo cuando caminó hacia el garage de Ferrari. Y sé lo que está pasando, solo que no creí vivir lo suficiente como para verlo en persona.

Charles Leclerc se rindió.

El chico que ve todo lo positivo siempre, el rayo de luz de todas las habitaciones a donde entra, quien ama Ferrari mas que a nada en el mundo, finalmente se ha dado por vencido.

Lo supe por su forma de caminar, por la forma en que se quita los guantes y los lanza dentro del vehículo, lo sé porque lo conozco, y sé que no es él en este momento. Así como sé que hacer algo para evitarlo.

Debido a su accidente, la bandera roja se levantó por 15 minutos, tiempo suficiente para hablar con él.

¿Qué voy a decirle? No tengo idea, pero tiene que escucharme.

Dejé mi head set en el escritorio y me dirigí al taller de Ferrari, aquel que conozco como la palma de mi mano. O todos parecieron olvidar el hecho de que ya no trabajo aquí, o estaban demasiado ensimismados como para prestarle atención a la única mancha azul en un Mar Rojo de gente.

-¿Dónde está Leclerc?.- demandé saber a Xavi, quien señaló, asustado, el pasillo de las habitaciones.

Esta es la primera vez desde que regresó como el ingeniero de Charles que no es culpable de lo que acaba de pasar.

FORMULA HEART || Charles LeclercWhere stories live. Discover now