Capítulo 11

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Nota: Se pone re'bueno esto amigooosssss, estoy bien entrada. 

come bien, duerme bien, haz ejercicio y no salgas a la calle sin usar bloqueador.

te quiero mucho

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Las piernas cruzadas de forma varonil, hacen destacar el costoso traje negro de alta costura, hecho exactamente a la justa medida. Cala un selecto habano y sopla aire con clase. Toma su tiempo antes de hacer uso de la palabra, claramente es un hombre habituado a ser escuchado sin objeciones.

—¿Qué has encontrado? — los ojos fríos hacen temblar al detective—Te he dado mucho tiempo y se me agota la paciencia—el tono es calmo y sereno, lo que lo hace aterrador.

—No hay pistas, es como si se lo hubiese tragado la tierra, pero...—le ha costado un trabajo monumental, hablar sin amilanarse ante un hombre de semejante  casta, que exuda dominancia.

—¿Pero?

—Bueno...esto podría ser una suposición—ajusta sus lentes en señal de inquietud—Podríamos estar buscando en el lugar equivocado.

La atractiva e inexpresiva faz cambia ligeramente para dar paso al arrobo—Si me estás diciendo esto, es porque tienes en mente un lugar en específico, ¿es así?

—Así es—asiente entusiasmado y comienza a explicar su teoría—Si Corea ha sido recorrido en su totalidad sin hallar rastro alguno, podría haber sido enviado a un sitio donde compartiese rasgos físicos con los suyos y de este modo no resaltar, por ende, no hacer especulaciones ni dudar sobre su lugar de origen.

—Ese lugar es Japón...—afirma apacible.

—Si...

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—¿Director?—le toca el hombro visiblemente preocupado—¿Todo bien?

—Mi...mi celo....

No lo puede creer. ¿Pero qué ha hecho en la otra vida para que sucesos de esa índole le hayan comenzado a suceder de manera frecuente? Él, que ha sido una persona que ha pasado inadvertida la mayor parte de su vida, ¿es que acaso ha sido un asesino?, ¿un traicionero?, ¿un vengador?, ¿un desertor?

—Calmémonos—se lo dice a sí mismo—¿Do...donde están sus supresores?

—En mi maletero—contesta con la respiración pesada y el cuerpo caliente.

—Bien, ahora mismo yo...yo abriré el maletero...—baja del automóvil y sin dilaciones extrae los supresores de donde se le ha indicado.

El alfa hace uso de la dosis correcta y todo comienza a regresar a la normalidad. Le toma varios minutos amainar los síntomas y aclarar su mente.

No le mira a los ojos y entierra la frente en el volante—Dios mío...debes odiarme—niega con la cabeza y bufa sarcástico—Es la segunda vez que presencias algo tan vergonzoso.

—No...no se preocupe, lo entiendo—se apresura abrir la puerta del auto—Yo iré a casa—y como se ha hecho usual, deja al rubio con la palabra en la boca.

Corre al derruido complejo y toma el elevador como alma que lleva el diablo. Apenas alcanza a cerrar la puerta del viejo departamento y se deja caer, deslizándose por la puerta angustiado. Cubre con sus manos temblorosas el ahogado grito que quiere soltar. Percibe ambas mejillas arder y las palpitaciones de su ardiente pecho, le tienen a punto de hiperventilar. La sensación de saturación en su cuerpo es tanta qué profusas lágrimas le mojan el rostro...Sasuke está aterrado y confundido, no porque la situación sea anormal, si no por lo que la ha provocado.

Tiene una erección.

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Sale de la clase con el alma en el suelo y los ojos caídos. No quiere ver a nadie, por lo que cubre su cabeza con la capucha de la enorme sudadera que ha decidido usar.

—¡Sasuke! —se tensa acelerando el paso y espera que con este gesto su amiga entienda que no está de ánimos—¡Sasuke, deja de caminar más rápido!

Se vira descontento—¿Qué quieres Sakura? — el tono rabioso la pone más curiosa. Conoce de las crisis existenciales que el joven beta tiende a tener constantemente, por lo que ya no le toma tanta importancia.

—Te ves terrible—enuncia a la vez que analiza la ojerosa faz, más pálida de lo normal—¿Qué rayos te ha tenido despierto?

—El trabajo—la contestación es mecánica, lo que hace dudar a la mujer de cabellos rosas—Hoy el director Namikaze presentara el proyecto.

—Ya veo—los ojos de esmeralda se entrecierran con suspicacia—Te deseo suerte—sonríe y le coge por los hombros con afecto, pues a lo largo de los años, ha sabido aprender a lidiar con el carácter receloso del beta—Te compraré el almuerzo.

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Muerde sus uñas a la espera de una respuesta por parte del profesional.

—¿2 ocasiones en pocos días dices? —indaga con interés científico en tanto que examina con minucia los análisis recién realizados una y otra vez.

—Si—certifica con la cara acongojada.

—No hay nada fuera de lugar, exceptuando ese brazo herido—explica consiente de lo extraño que es el caso—Tus estudios reflejan tu buena salud y la de tu alfa—acomoda los papeles sobre su escritorio y le mira con mucha atención—No hay una razón aparente por la cual tu celo se desatase repentinamente—coloca un dedo en su barbilla y evoca lo que el alfa le ha contado—La primera vez te lo han inducido, pero esta segunda ocasión no ha habido un estimulante y tampoco estabas en el periodo de celo...tu caso es único.

—¿Y eso significa...?

—Significa que te estás convirtiendo en omega...—le mira con una seriedad que no da paso a la duda. No aguanta demasiado y estalla en risas cuando repara en que el rostro bronceado ha adquirido un tono cadavérico—Es broma, en realidad no sé qué es lo que te pasa—suelta como si fuese cualquier cosa y sonríe hasta que sus ojos desaparecen.

—¡Kakashi! —le llama desesperado—¿No eres el mejor de este país?

—Lo soy—asegura orgulloso—Pero te lo reitero, nunca he tenido un caso en que el celo se induzca sin un estimulante artificial o natural. Lo que queda por hacer es esperar a ver que más pasa, y trataré de estudiar a fondo tu caso.

—De acuerdo—suspira, resignado y se levanta de la silla del consultorio con la cola entre las patas.

—Te llamaré en cuanto sepa algo—esta vez el doctor usa un tono serio, le tiene bastante aprecio al alfa rubio e investigara lo que sea necesario para resolver el problema.

Continuará.... 

¡MALDITO  ALFA!Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon