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Te'Suaí (15 años)

Parpadeo un par de veces al sentir un ligero ardor en mis ojos, las lágrimas se comenzaban a acumular con rapidez ante el repentino llanto de mi hermano. Solo hicieron falta dos palabras para que Neteyam se aferrara a mí con desesperación y yo no dudé un instante en corresponder con fuerza el gesto. No sabía cuánto tiempo llevábamos abrazados y el menor no parecía tener intenciones de soltarme.

Lo único que he hecho es causar dolor con el mío.

Podía sentir lágrimas en la curvatura de mi cuello donde reposaba la cabeza de mi hermano, pocos habían sido los sollozos que había escuchado de su parte. Estaba levemente inclinada por la diferencia de altura que compartía con él, mis brazos seguían rodeando con firmeza su torso y hombros. De alguna forma intentaba adentrarme en la sensación tan cálida y fría que me transmitía, por primera vez en semanas me sentí en casa. Lo único que deseaba era poder soltar todo en los brazos de mi hermano, pero aun así no me lo permití.

Mantente fuerte, ya le has causado demasiado dolor.

Perdóname hermano, perdóname fueron las únicas palabras que me salieron decirle. Por más que lo intente mi voz salió temblorosa y aún seguía teniendo ese tono ronco de la primera vez. El cuerpo del macho se había puesto tenso.

— La única persona que necesita tu perdón eres tú hermana mía – su tono se escuchaba tan tranquilo y aun así pude percatarme de su molestia. Se separó con suavidad de mis brazos y alzó con lentitud la cabeza. No recordaba haber visto esa expresión en el. Esa mirada me recordaba a madre cuando estaba molesta y preocupada a la vez, pero aun así mantenía aquel semblante de seriedad.

Eres una copia de madre, hermano.

No se si alegrarme o temer por ello.

— Lamento haberte lastimado gran guerrero — le sonrió cuando siento un suave golpe en mi hombro. Levantó la mano y acarició las mejillas del menor con toda la delicadeza que puedo en el momento, intentando borrar los rastros de lágrimas de su rostro.

— Cállate Tutee — borro mi sonrisa y aprieto un poco su mejilla derecha. Mi toque termina cuando este me suelta un manotazo alejando mis manos de su rostro molesto — Muy madura, hermana.

La madurez no cuenta cuando se trata de molestarte y si usas la lógica de padre aun sigo siendo una niña – sonrió con burla sin apartar la mirada de él.

— Olvídalo, ¿estás mejor? — volvemos a ese tono de preocupación. Sonrió con levedad y suspiro apartando la mirada hacia Zoäa que se mantenía a unos metros de nosotros, su postura me estaba comenzando a inquietar – Te'Suaí.

Lo estaré hermano, no te preocupes mas – respondo analizando a mi hermano bestia.

Está en estado de alerta.

Carajo por un momento olvide dónde estamos y la hora que es.

Mi cuerpo se tenso con rapidez cuando las emociones de Zoäa me golpean con rapidez, no puedo evitar tambalearme un poco dando algunos pasos en su dirección. Mi movimientos son detenidos por un agarre fuerte en mi brazo izquierdo.

¿A dónde crees que vas? Esto es importante no puedes seguir escapando más, es hora de aceptarlo hermana — frunzo el ceño al escuchar a Neteyam, sacudo la cabeza y comienzo a mover las orejas intentando interceptar la razón del estado del estado de mi compañero bestia — ¿Quieres hablar de ello?, creo que lo necesitas con urgencia.

La Sully Mayor »  Avatar: El camino del aguaWhere stories live. Discover now