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Te'Suaí

Nos encontrábamos en un montículo de arena casi cubierto por completo por el mar, Viein mantenía su cabeza en mi regazo y yo seguía acariciando a Tx'iang que parecía ya medio dormido permaneciendo en aguas bajas. La pesca había salido mejor de lo que yo pensé, cuando nos zambullimos en conjunto subimos con la red llena de peces. Está claro que entre mis dos hermanos devoraron una gran cantidad solo queda la mitad de lo que fue, aún quedaba un montón de él.

El eclipse había llegado a su fin hace unas tres horas más o menos, debíamos volver ya. No quería hacerlo, por primera vez desde que tocamos el agua sentía paz. La angustia que llevaba días persiguiendo parecía haberse aligerado, anhelaba con fuerza volar con rapidez hacia el bosque y sumergirse en la belleza de su hogar. Deseaba con intensidad tomar su lanza y terminar con aquellos demonios que se atrevían amenazar a su familia y clan, los estaban arrinconando poco a poco. Era cuestión de tiempo que dieran con su ubicación y estaría preparada para su llegada, no permitiré que mi gente viva con temor a ser cazados en su propio hogar.

Tenemos que ser fuertes hermanos, una tormenta se avecina y si nos descuidamos vamos a terminar consumidos por el mar que nos rodea – mi vista estaba fija en el punto en que el cielo y mar parecían ser uno solo, mis orejas estaban alzadas atentas deleitándose con el sonido del movimiento de mar – No se cuando podamos volver al bosque hermana, pero desde que sepa que mis hermanos estarán a salvo haré lo posible para volver con el clan. Mientras tanto por que no le damos una ojeada al vínculo con nuestro hogar.

Yo había nacido con una conexión directa con mi mundo, no era algo especial. Cada uno de los na'vi de Pandora podía hacerlo pero requiere de escuchar a la gran Madre y al fluir del mismo flujo de vida que cada ser que habitaba nuestro mundo. De niña me gustaba adentrarme en el bosque, solo para sentir la naturaleza que me rodeaba, aunque era extraño podía sentir y escuchar la respiración calmada del bosque. Me confundida por los cercano y a la vez lejanos que son los na'vis con nuestro mundo, como si hubieran olvidado una parte de lo que somos.

Vamos a ello – abro mi vínculo con Viein y cierro los ojos escuchando su respiración – Mawey, hermana.

Manteniendo una respiración pausada, enfoque todos mis sentidos al vínculo que tenía con el bosque. Ya no escuchaba el movimiento del mar, solo veía oscuridad aun en búsqueda de la conexión.

Mawey guerrera, mawey – repetía en un tono bajo por un rato.

Hasta que vi una luz intensa y me acerqué con rapidez, guiándome con su brillo. Tome mi trenza para hacer Tsaheylu, mi vista se fue llenando poco de colores distintos que parecían moverse con gran velocidad y cuando parpadeó ya estaba bajo el árbol tan conocido para mi. Escuchó un rugido potente a la par de mi y sonrió al saber que era Viein, podía sentir la euforia que estaba experimentando, solo su almas podían sentir el bosque aunque sus cuerpos se encontraban a mucha distancia de ahí.

El bosque está igual de fuerte que siempre hermana, nuestro hogar está bien – acarició su lomo con delicadeza, cerrando los ojos – Sabes que pasaría horas sintiendo el bosque, pero ya duramos mucho tiempo lejos de la familia.

Suspiro y cortó la conexión, al abrir los ojos otra vez ya estábamos en el mismo sitio de antes. Escuchó un chapoteo en el agua y bajó la mirada para encontrar la mirada desesperada de Tx'iang. Alejo mi trenza de Viein y me levanto para acariciar su cabeza con lentitud.

Mawey hermano, estamos bien – enfoco la mirada en sus ojos – Solo era un viaje espiritual, en un tiempo tu también podrás hacerlo conmigo. De seguro te va encantar.

La Sully Mayor »  Avatar: El camino del aguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora