La Sully Mayor » Avatar: El camino del agua

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Te'Suaí Sully (13 años)

Avanzaba con paso lento por el bosque rumbo al árbol familiar, ejercia tanta presión en mi arco que no me sorprendería que se rompiera en cualquier instante. Tenía varias cortadas en mi rostro y brazos, pero el que más ardía era el que me habían hecho en la pierna izquierda. Seguía avanzando con todo mi cuerpo tensos, mire mis nudillos llenos de sangre que no me pertenecía pero sabía que estaban lastimados, de igual forma seguía con los puños igual de apretados que mis dientes.

Me detuve cuando me encontraba ya bajo el árbol, levante mi arco y lo estrelle con hasta que solo quedaron pedazos. Mis ojos ardían por las lágrimas que luchaban por salir, podía aprovechar que al parecer no había nadie en casa para descargar toda la rabia y dolor que sentía.

— ¡Te'Suaí! – apoyo mi cabeza en el árbol y suspiro – Mi niña estás sangrando, ¿Qué paso?.

Me tenso al escuchar la voz de mamá, giró la cabeza y miró de reojo que mis hermanos se encuentran justo detrás de ella. Aprieto los ojos con fuerza y busco el vínculo con Viein y cuando lo encuentro solo logró transmitirle todo lo sentimientos que siento.

— Te necesito – con esas simples palabras sabía que ya estaba en camino a mi y podía sentir como comenzaba a

— ¿Qué le pasó a tu arco? Vamos arriba a curarte Txe'lan – cuando siento la cálida mano de mamá en mi hombro aprieto los ojos para evitar que las lágrimas salieran.

— Déjame Sa'nu – mi tono era bajo, me safo de su agarre y aun sin darle la cara comienzo a caminar para perderme en la vegetación.

— Te'Suaí, ¿Qué es lo que te pasa? – reprimo un quejido cuando me sostiene del brazo en una de mis tantos cortes y por fin me voltea – Mi niña, ¿Quién te ha hecho esto?

Sabía que mi rostro no estaba en mejores condiciones y podía sentir la sangre escurrir por las heridas ganadas recién. También podría jurar que tenía uno que otro golpe que pronto resaltaría más mi lastimado rostro. Lanzó una mirada rápida hacia mis hermanos y podía ver el miedo en sus miradas infantiles, cuando Neteyam da un paso en mi dirección solo puedo negar con la cabeza.

— Déjame por favor, no es nada – no podía mirar a mi madre a los ojos. Cuando amago voltearme me sostiene y me hace mirarla a los ojos.

— No puedes irte, estás herida – cuando sus ojos logran chocar conmigo puedo ver la preocupación en su mirada y eso me hace relajarme un poco – ¿Dónde está tu padre? Se supone que iría a buscarte.

La rabia vuelve como una ráfaga a mi y me suelto de su agarre, dando dos pasos hacia atrás.

— ¿Por qué no vas y le preguntas lo que pasa Neytiri? – escupo con un tono más alto de lo que debería. Mi postura reflejaba hostilidad y estaba esforzándome para no mostrarme amenazante delante de mis hermanos.

— Neteyam vayan arriba – no relajo mi postura bajó el tono de seriedad de mi madre y la mirada que me estaba lanzando.

— Pero mamá – escuchó a Lo'ak querer acercarse pero miró brevemente a Neteyam y este asiente para comenzar arrastrarlo hacia arriba.

Muevo mis orejas al detectar el sonido de algo acercarse desde arriba, alzó la mirada y veo a Viein aterrizar delante de mí gruñendo en advertencia a la dirección de mamá. Cierro los ojos al sentir esa irritación en los ojos y al abrirlos me acerco a mi Ikran con intención de montarlo.}