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Te'Suaí

Mi respiración estaba agitada, había recorrido cada parte de la isla por tres horas y aún no tenía señales de Lo'ak, el eclipse había comenzado hace más de dos horas y mi desesperación ya había llegado a nivel de pánico. Las chicas ya estaban hace mucho tiempo en el Mauri y había visto a Neteyam conversando con un grupo de Metkayinas jóvenes, no le dije nada aun de nuestro hermano se veía feliz y no quiero que eso termine tan rápido.

— ¡Carajo! – gritó golpeando con fuerza una palmera a mi costado. Siento la sangre comenzar a brotar de mis nudillos, ese dolor no se compara a la magnitud en la que había subido la punzada en el pecho.

¿Dónde estaba Lo'ak?

¿Le había pasado algo?

¿Los demonios están aquí?

¿Se lo habrán llevado?

¿Estará herido?

¿Y si está muerto?

No, no, no...

— Mawey guerrera, mawey — repito apoyando mi frente, me enfoco en tranquilizar mi respiración — Concéntrate guerrera, un guerrero desesperado es uno muerto.

Te'Suaí – me tenso al escuchar esa voz, me había enfocado tanto en mi que había perdido la concentración del ambiente que me rodeaba — ¿Qué pasa? Estás sangrando, déjame ver.

Finalmente reacciono y me volteo para ver a Neteyam, casi quiero gritar al ver su expresión de angustia. Niego con la cabeza y suspiro.

No puedo hacerlo sola, te necesito guerrero — su semblante se vuelve serio al escuchar mi voz llena de preocupación. Ni siquiera me molesto en esconder el sentimiento que me estaba aturdiendo en este momento – No encuentro a Lo'ak en el territorio de la aldea, tenemos que buscarlo una última vez por el. Sino lo aparece tendremos que pedir ayuda del clan y eso a padre no le gustara.

— Déjame ver tu mano Te'Suaí – mi semblante no cambia al escuchar su tono de seriedad – Ahora.

No es importante, la prioridad es encontrar a nuestro hermano – frunzo el ceño al verlo acercarse a mí con molestia.

Te dije que nos protegeríamos mutuamente – este toma mi mano y la analiza con la mirada – No están tan lastimados, por suerte.

Suspiro y dejo que envuelva mis nudillos con un pedazo de tela que saca de su cinturón de cuero. Sin poder evitarlo sonrío cuando deja un beso en mis manos, tal y como yo lo hacía cada que ellos se lastimaban.

Gracias hermano — le sonrió ante la dulzura que me causaba con sus acciones – Tenemos un trabajo guerrero.

— No lo he visto desde que salimos del Mauri, se supone que iba a disculparse con Anoung – dice mientras comenzamos a caminar de regreso a la aldea.

La ultima que vi a ese idiota fue con sus amigos en la playa, como hace unas dos horas – borro mi sonrisa y vuelvo a mi semblante serio.

¡Neteyam! – comparto miradas con mi hermano al escuchar la voz del antes mencionado, se acercaba a nosotros a paso rápido.

— No lo voy a preguntar dos veces enano idiota, ¿Dónde esta mi hermano? – escupo reflejando la ira comprimida que sentía por él y me acerco a él con hostilidad.

La Sully Mayor »  Avatar: El camino del aguaOù les histoires vivent. Découvrez maintenant