Old lovers (43)🏎

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Me abrazó con fuerza... y no me soltó. Su agarre se siente cómodo y familiar. Sus brazos rodeando mi espalda, su corazón latiendo con fuerza.

Ni siquiera quiero voltear a ver a Charles en este momento. Quiero y estimo a Haiden, sí, pero debo decirle que esto no puede pasar.

Aunque bueno, ¿qué hay de malo en un abrazo?

Sigue igual que siempre. Su cabello despeinado a propósito, sus ojos expresivos, y su característica chamarra negra. Juro que The Weeknd escribió Starboy pensando en él. De hecho, así es como solía llamarlo para molestarlo.

-Ah, te extrañé! ¿Hace cuánto que no nos vemos? ¿Un año?

-Casi dos.- corregí al sentarme nuevamente.- Uhm, Haiden, ellos son Charles Leclerc y Carlos Sainz, los pilotos de Ferrari, y mis mejores amigos.

-¡Ah, sí! Un gusto. Me gustan mucho sus carreras... o lo que sea que se diga en estos casos - los saludó a ambos con un apretón.-Soy Haiden, amigo de Alice... y de su papá, creo. De los Agnelli en general.- volvió a dirigirse a mí.- Un monegasco, un español y un italiano. Realmente tus mejores amigos son internacionales.

Vi que mi novio rodó los ojos ante este último comentario. ¿De verdad ya le cae mal? El chico literalmente acaba de presentarse.

-Lo son...- pero no respondí nada más, y sé que eso es raro en mí. Debería estarlo abrazando con más fuerza, o platicando acerca de este tiempo que no nos vimos, o haciendo algún chiste al respecto. Algo. Pero no sé qué hacer en estos casos, no sé qué tanto desinterés haga sospechar a Haiden, y no sé qué tanto entusiasmo haga enojar a Charles. Y detesto quedar en medio de las cosas.

No es incómodo, es estresante.

-¿Estás nerviosa, princesa?

Es como si alguien más que no fuera Carlos me dijera Alicia, y alguien más que no sea Lando me llamara País de las Maravillas. Charles me dice así siempre, nadie más que él. Me gusta que me diga así, me gusta que me haga sentir de la forma que lo hace cada vez que sus labios pronuncian ese apodo para mí. Porque soy su princesa, lo he sido siempre, y me lo repite cada que puede, pero que me lo diga alguien más...

-Haiden...

-¿Cómo le dijiste?.- Charles se inclinó sobre la mesa, atónito ante lo que acaba de escuchar.

Oh no. Dios, dios, ¿en qué me metí? Me gusta cuando se pone celoso, no lo voy a negar, pero esto es diferente, porque sé que es en serio.

-¿Qué? Oh sí, lo olvidé, lo siento. ¿Siguen sin gustarte ese tipo de apodos?

-Así es...- ¿por qué sueno tan nerviosa? Yo nunca me pongo nerviosa. Pero todo esto me supera.

-Entonces... Italia.- se sentó a mi lado, y traté de ignorar el hecho de que mira mis labios cada 3 segundos.

-Italia.

-¿Qué pasó con nuestra promesa?

Lo miré con confusión.

-Clase de analítica, segundo año.

Hice memoria.

-¡Ah, sí! ¿Cómo es que recuerdas?

-Nunca lo olvidé.

Strike 2.

Charles me había dicho exactamente lo mismo cuando volvió a llamarme Ace. Y es curioso que alguien como Haiden recuerde ese tipo de cosas. Aunque bueno, en honor a la verdad, siempre recordaba todo acerca de mí.

-¿Quieren que los dejemos solos?.- preguntó Charles mirándome. Tiene los brazos cruzados, no está molesto, pero sí increíblemente serio, sombrío, como cuando una carrera no termina como él deseaba.

FORMULA HEART || Charles LeclercOn viuen les histories. Descobreix ara