Capitulo 8

790 66 14
                                    

Paredes blancas, baldosas blancas, puertas de madera, una cama, y un tocador. Esas cosas son lo que podría definir como se encuentra mi ahora habitación, una que se ha convertido en un encierro estos últimos días, desde que el Alpha rompió mi brazo.

Observo el yeso que se encuentra cubriendo toda el área afectada, una que según el doctor, podre liberarme en cuanto pase una semana.

La historia de como me rompí el brazo, una que el líder de la manada ha contado desde que se expandió la notica; es algo curiosa, por no decir estúpida, pero esa palabra se le atribuye mucho mas a las personas que se lo creen, entre ellos mis padres.

Estando en esta situacion ya no se si en verdad confían en las palabras de ese hombre, o tan solo simulan hacerlo para seguir con su plan de poder, uno donde siempre miraron a su hija como mercancía, una cosa que estuvieron preparando adecuadamente para que un momento pudieran utilizarla completamente a su favor.

Mi atención pronto se dirige a la puerta, al escuchar los pasos de una persona acercándose, no pasa mas de unos cuatro segundos cuando golpes pidiendo entrada son proporcionados.

- pase - digo, causando que la presencia de Rosa se adentre por el lugar.

- mi niña hermosa, ¿Cómo va esa recuperación? - expresa con voz cariñosa en cuanto sus ojos encuentran mi rostro, enseñándome la bandeja con comida que trae consigo - he traído para la invitada mas importante de la mansión, unos ricos panqueques con queso, además de un jugo de naranja.

- gracias - expreso con total sinceridad antes de recibir por su parte, uno a uno los pedazos de la comida.

- no hay que agradecer mi pequeña, necesitas muchos cuidados - sonrió, en verdad lo hago, después de todo Rosa, quien tan solo la he conocido por unas semanas, se ha convertido en la única persona en la cual puedo confiar.

Esta mujer un poco mayor, con altura promedio y cabello color negro, ha demostrado mas cariño hacia mi, que mis propios padres.

- ¿Dónde esta el desgraciado? - cuestiono provocando que ella pase saliva antes de darme otro bocado del panqueque.

- el Gran Alpha solicito la presencia de todos los lideres de las manadas para una reunión importante.

El Gran Alpha, he escuchado ese termino en bastantes ocasiones por mis padres, siempre le atribuyeron su grandeza, y como todos, incluidos en otras manadas, debían de respetarlo, además de acatar sus ordenes. También Jonathan y Samy mencionaron que podría ayudarme, pero ¿es posible?, incluso cuando me encuentro encerrada en este sitio.

- ¿se llevo muchos guardias?

- tan solo cinco, los demás les encargo que te cuidaran, al menos eso oí - me da un poco de jugo.

- cuidarme, o impedir que me escape - susurro.

- mi niña, se que todo puede parecerte mal pero estoy segura que si no intentas nada extraño podrás vivir una buena vida junto a... - comienzo a negar varias veces, no pudiendo tomar esas palabras como una opción.

- no quiero, no lo deseo... yo quiero estar con mi mate, además ¿mira lo que me ha hecho?, lo que es capaz de hacer, no quiero pensar en lo que hará cuando consiga casarse conmigo, no quiero imaginarlo tocándome mas de lo que ya lo ha hecho.

La rabia se apodera de mi cuerpo, la impotencia se hace notar en mis palabras, haciendo que todo sea peor al derramar una lagrima.

- conseguiré salir de aquí, se que tengo oportunidad, se que si le digo al Gran Alpha me podrá ayudar - todas mis esperanzas están puestas en ello.

- mi pequeña, se que quieres escapar, yo también quiero que lo hagas, pero no  veo como, conozco muy bien esta mansión, por ello se que es casi imposible salir de aquí ... y si lo intentas, si ese hombre te atrapa... no quiero pensar en lo que te hará.

BetaWhere stories live. Discover now