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Trampa

Brigid

— Adiós mamá — Me besa Jezabel al igual que lo hace Araziel después de que ambos subieron sus cosas en el auto de su padre.

— Tengan muchísimo cuidado — Les advierto por décima vez. Ambos contestaron al mismo tiempo antes de ir con su hermano menor que no dejaba de molestarlos.

Balderik se acerca después de subir las armas que necesitaría en el viaje.

— Los voy a cuidar muy bien, amore, no te preocupes — Trago grueso. Esta mañana no quería despegarme de él he incluso me le trepé en la espalda queriendo que se quedara conmigo en la cama una hora más, pero solo me permitió treinta minutos y después se levantó para darse una ducha rápida antes de ir a recoger a Araziel a donde aterrizó el jet.

— Confió en ti — Le aseguró una vez más, anoche hablé muy enserio cuando le dije que confiaba en él. Balderik es su papá y estoy segura de que él pondría a nuestros hijos a salvo si algo más grave se presentará.

— Mi bendición.

— Te amo, te amo mucho — Le doy un beso profundo para dejarlo muy en claro. Quiero y necesito que los tres vuelvan sanos y salvos, sin ningún rasguño.

No quiero empezar a pensar en que saldrán heridos o siquiera en que no volveré a ver a mi esposo. La piel se me eriza. No. De ninguna jodida manera.

Se aleja y se inclina un poco para tomar a Denzell en sus brazos, lo abraza y le besa las mejillas haciéndolo enfadar.

— Protege a tu mamá por mi.

— Lo haré, no tienes porque pedirlo, la cuido incluso cuando tú estás — Balderik sonríe con orgullo antes de entregarle un cuchillo a nuestro hijo — ¿Otro más? — Pregunta sorprendido.

— Es necesario y has entrenado muy bien como para ganártelo, has demostrado que puedes manejar dos — Denzell sonríe antes de abrazarlo de nuevo.

— Gracias papá.

Balderik le revuelve el cabello y le da un beso en la coronilla antes de dejarlo en el suelo. Me mira de nuevo y se acerca para darme otro beso, uno más arrebatador que el anterior.

— Volveremos más tarde, lo prometo.

— Te amo.

Balderik se aleja y mis hijos llegan de nuevo para abrazarme los dos. Beso a ambos antes de ver como los tres se alejan y se montan en el auto. Las lágrimas me pican, pero me hago la fuerte para no derramar ninguna, no quería que me vieran así y que se fueran preocupados.

Denzell sostiene mi mano con firmeza queriendo darme fuerzas. Sonrió y me inclino para sostenerlo en mis brazos.

— Tranquila mami, volverán.

— Lo sé, tienen que hacerlo porque sino iré por ellos y los traeré de las orejas — Ambos reímos.

Los dos nos quedamos más tiempo hasta que los autos dejaron de verse. La mayoría de los hombres de Balderik se fueron con ellos para proteger de ellos, incluso Thomas se había ido para respaldar a mi esposo y a mis hijos, por lo que sé, Nerón también iría, pero los vería en casa de Hela.

— ¿Se han ido? — Volteo a ver mi mamá que estaba igual de preocupada que yo.

— Sí, ya se han ido.

— Tranquila hija, estarán bien, eso te lo aseguro.

Desmond

Sonrió cuando veo el mensaje de la capitana. Ahora solo quedaba esperar un poco para que Balderik y su familia se encontrara con el regalo que les he enviado.

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