(13)

9 0 0
                                    

No hay vuelta atrás

Desmond

— Estos son los hombres que pidió — Dice el hombre a quien encargue que enseñara a mi hija todo lo que hoy en día sabe, aún no hemos probado aquella dosis que ella preparo, pero ya habrá tiempo para eso — Ya los hemos inyectado como ordenó — Veo en la cámara como intentan zafarse de las cadenas a los que están atados, parecían animales rabiosos, me recordaba a los zombies de Resident Evil.

— ¿Están muertos? — El hombre niega.

— No, al parecer la dosis ha hecho estragos en partes de su cerebro que han hecho que actúen de esa manera a lo que antes eran, ya no hay un remedio para eso, a menos que los maten — Tenso los puños queriendo matar a Balderik Ricci, aquel idiota ha hecho que retrocediera varios pasos a todo lo que avance, ya mis experimentos no podían ser los mismos que eran antes, ya no puedo conseguir aquello que había conseguido con Matías, aquel niño que fue asesinado por el maldito tigre.

— ¿Son lo suficientemente fuertes para lidiar con varios hombres a la vez?

— Aún no los hemos puesto aprueba, la zona no es apta para poder liberarlos — Suelto un suspiro — Podemos viajar a Canadá para poder... — Niego.

— No, solo nos arriesgaremos a que Gian Lombardi y Balderik nos encuentren ahí — Hago una mueca — Prepara el laboratorio y a los muchachos que atraparon para probar la dosis de Briana, necesito saber que es lo que puede hacer — Asiente para luego marcharse a toda velocidad.

Vuelvo a mirar a los hombres que estaban comportándose como animales, pensando en que ellos no van a ser de ninguna ayuda para poder ir hasta donde está Brigid y sus hijos. Balderik debe de tener todo muy bien asegurado, está claro que no va a volver a cometer aquellos errores y necesitare a más hombres, necesito volver a rehacer mi fórmula para volver a conseguir lo que tenía antes.

Salgo de la habitación y me encamino hasta la habitación donde está Briana, mi hija se ha quedado para hacer lazos con su nuevo hermano. No me sorprende el que Ekaterina esté permitiendo que se le acerque al bebé, tampoco me sorprende que se diera cuenta de que Briana no es hija de Brigid, pero al menos llevan la misma sangre y con eso me basta.

Me quedo afuera observando como Ekaterina le habla a Briana, a lo cual ella asiente sin apartar la mirada de su hermano, está fascinada con él, yo sabía que se iba a terminar enamorando de él.

Me quedo quieto solo un momento, apreciando como mi hija se queda embobada hasta por un simple bostezo que da su hermano.

Entro a la habitación carraspeando la garganta, mi hija alza la mirada con una sonrisa bastante alegre.

— ¿Qué pasa, papá?

— Ya tenemos que ir a que me muestres lo que hace la dosis que has inventado — La sonrisa se le borra.

— Papá ¿no quieres conocer primero a Fionn? — Enarcó una ceja.

— ¿Fionn? — Ekaterina suelta un suspiro con decepción, pero Briana asiente con emoción.

— Así se llama, significa Justicia o al menos eso fue lo que me dijo Ekaterina — Observo a Ekaterina, pero ella me ignora, está más concentrada en el bebé y en la niña que no ha soltado.

— ¿Y tú? — La niña se encoge y Ekaterina acerca su cuerpo aún más al de ella — ¿Cómo te llamas?

— Jade — Dice en voz baja, pero logró escucharla.

— Jade — Repito al tiempo que sonrió — ¿Y sabes que significa?

— Preciada — Alzó la mirada hacia Ekaterina y ella parecía querer asesinarme en ese momento.

Únete a mi...Where stories live. Discover now