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18

23 de Septiembre

Brigid

Positano

Sonrió mientras veo a mis hijos reír y hablar con sus otros amigos, aquellos que fueron invitados por Araziel y por sus primos. Jezabel está riendo a carcajadas junto Araziel mientras que Denzell los miraba con una ceja enarcada sin saber el chiste.

El beso en mi coronilla me hace alzar la mirada para encontrarme con mi esposo, estaba mucho más decente, se había recortado un poco la barba que le creció en nuestras pequeñas vacaciones, aquellas que ahora mismo estaban plasmadas en mi tercer lienzo, he estado trabajando demasiado, más cuando llegamos de nuestro viaje porque quería sacar todo lo que llevaba dentro y que mejor manera que hacer lo que tanto me gusta. Dos de los cuadros que han sido inspirados por nuestro viaje, estaban colgados en nuestra habitación, sobre todo aquella que hice en representación al beso que nos dimos en el crucero.

— ¿Todo en orden? — Pregunta en cuanto mira en dirección donde están nuestros hijos. Asiento en silencio volviendo a inspeccionar a los invitados, eran pocos, pero estaba asegurándome de que todo estuviera en orden, ahora más que nunca me sentía en alerta para que nada ni nadie arruinara el cumpleaños de mi hijo.

Frunzo el ceño cuando veo que la chica rubia toma de la mandíbula a mi hijo y plantándole un beso en la comisura de sus labios mientras que Araziel saca una fotografía de ellos dos.

— ¿Qué demonios? — Preguntó con sorpresa y un tanto indignada. «¿De que me perdí?»

Balderik sigue mi mirada y lo único que hace es reírse.

— Al parecer no quiso perder más el tiempo.

— ¿Te dijo algo? — Pregunte con sorpresa.

— No, solo míralo — Vuelvo la mirada a la nueva parejita. Los ojos de Araziel brillan cuando voltea a ver a Milenka después de haber posado para la foto, sonríe de manera auténtica que me hace sentir en paz.

Y me percato de cómo Jezabel los mira con los ojos entrecerrados, pero enseguida desvía la mirada cuando aquel chico, Alexei, codea su brazo para que le preste atención.

— Aunque hay que checar bien a ese muchacho — Señala con la barbilla a Alexei — Ahora vuelvo — Se aparta y enseguida lo agarro del brazo.

— Balderik — Digo con advertencia.

— Tranquila amore, solo voy a saludar — Pongo los ojos en blanco antes de dejarlo ir. Observó como él saluda a los chicos para después ver cómo Alexei se aleja lo suficiente de Jezabel, quien niega con diversión, pero no dice nada.

Balderik pasa por mi lado guiñándome un ojo, me hace sonreír aún así.

Me acerco a donde está Hela conversando junto a Maksim que está bastante agotado ahora que es padre y se sabe que el bebé que venía en camino, bueno, en realidad eran dos. Dos varones. Tan pronto se lleno de hijos, la genética a veces es una desgraciada.

Mis sobrinas andaban buscando a Denzell, quien seguramente estaba ocultándose porque ya no estaba junto a Jezabel y Araziel.

— Mis hombres lograron salir de ahí, se libraron de la policía — Dice Hela con total tranquilidad — Seth los mandó por otra ruta para que la mercancía llegue bien a su destino — Se mira las uñas que sostienen la copa de champaña.

— Estamos en el cumpleaños de mi hijo, ¿podemos olvidarnos del trabajo? — Preguntó parándome junto a Hela — ¿Y tu esposo?

— Con el tuyo — Me señala el lugar donde estaba la mesa de postres. Ambos estaban fundidos en una conversación bastante entretenida porque ambos no rompían el contacto visual, hasta pareciera que estaban en una guerra de miradas.

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