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Entrenamiento

1 mes después

Araziel

Mi padre está en su teléfono con el ceño fruncido mientras que Thomas nos lleva a la inmensa casa de mi tía Hela. Mi madre ha logrado convencer a mi papá de llevarme a los entrenamientos que son cuerpo a cuerpo, según Massimo y Kay es un entrenamiento donde saldrás sangrando porque no hay reglas, simplemente demuestras lo bueno que eres en esto, si realmente sirves o no para la Bratva, aunque yo quería comprobar si estoy llegando a la altura de mi padre

Thomas se detiene frente al gran edificio que también muestra un hermoso jardín, aunque no más hermoso que el que tenemos en Sicilia.

Saco mi teléfono en cuanto mi teléfono vibra.

Mamá: Ti amo, hijo mío, estoy segura de que saldrás victorioso de aquella pelea cuerpo a cuerpo, me hubiese gustado ir a verte, pero eso no quiere decir que no esté al pendiente.

Suelto un suspiro mientras escribo mi respuesta. A veces mi madre se olvida que ya he dejado de ser un bebé como para que me hable tan empalagosamente, bueno, no a veces, en realidad siempre se olvida de aquel detalle.

— ¿Preparado?

Mi padre me mira y yo simplemente asiento antes de salir del auto cuando Thomas nos abre la puerta.

— Mi adorado sobrino — Sonrió cuando veo a mi tía Hela salir para recibirme a mi y a mi padre. Ella se acerca primero a mi para besar mi frente antes de revolverme el cabello — Cada día más guapo, ya me imagino la gran fila de chicas que están formadas para tener tu atención — Hago una mueca un poco incómodo al pensar en algunas de ellas.

— Ya, pero ninguna es del agrado de mi mamá — Suelta la carcajada después de haber saludado a mi padre.

— Ninguna será el agrado para tu madre, la entiendo porque yo tampoco creo que ninguna es digna para los adonis de mis hijos, ellos merecen una mujer capaz de soportar a mis hijos. Ya lo entenderás — Me guiña un ojo — Anda, ve adentro que están por empezar, tus primos ya están esperando por ti, deben de estar en la parte de atrás — Asiento antes de irme adentro a toda prisa para no llegar tarde.

Mi teléfono vuelve a vibrar cuando estoy por cruzar el umbral de la puerta trasera.

Mamá: Recuerda lo que te enseñe, confía en ti así como yo lo hago. Ya no molesto más. Ti amo.

Sonrío levemente antes de guardar el teléfono he ir a donde mis primos que ya estaban desesperados porque llegara.

— ¿Qué demonios, Araziel? — Se queja Massimo — Te tardaste siglos.

— Ya estoy aquí ¿oh no? — Digo al dejar mi pequeña maleta en el césped — ¿Donde será? — Kay se hace a un lado dejándome ver el ring qué hay en medio de su jardín, aquel donde varios de su grupo estaban entrenando, los que ya estaban peleando ya estaban sacándose sangre de manera muy violenta.

— ¿Estas seguro de que quieres hacer esto? — Pregunta Kay al ver que derriban al chico de una patada en las costillas y un puñetazo en la cara que ya está completamente desfigurada y llena de sangre.

— Completamente — Le aseguró, pero con la mirada puesta en la chica rubia que estaba junto a una pelinegra que seguramente será su contrincante — ¿Quienes son todos ellos?

— Parte de la Bratva, algunos también son de los Vory v Zakone. Mi madre dice que solo será por el momento, cuando cumplamos los veinte — Dice Massimo con algo de fastidio — Yo no quiero porque esa de ahí — Señala a la pelinegra que está junto a la chica rubia en la que me fije — Me molesta siempre, parece que tiene gusanos en la cola porque no puede estarse quieta, recuerdo que cuando yo tenía ocho ella era demasiado parlanchina, bueno, sigue siendo igual — Bufa — La odio, pero mamá dice que es una gran chica y que debería de respetarla porque podría patearme el trasero.

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