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Tiempo juntos

Brigid

Los días pasan con rapidez en donde la casa ahora solo es para mi, Emily y mis hijos. Balderik no volverá hasta que él y Hela den por concluido su nuevo negocio, aquel que incluye mejorar el veneno de Apofis y Jichi.

Salgo de la habitación para encaminarme hasta mi lugar en donde me instale para pintar, necesitaba más cuadros, arte para poder quitarme el estrés que me provoca siempre que veo a Gian porque ya sé que se tratará de mi sobrina o sobre Desmond. Tantos años han pasado y me he sentido en paz con mi familia, solo me estresaba por las peleas que tenía con Balderik o con Jezabel cuando no me obedecía en ciertos asuntos, incluso mi estrés se debía a las preocupaciones que tengo cada que uno de mis hijos llega con moretones o heridas de cortadas por una pelea, pero no mi estrés por eso no era tan fuerte como cuando me mencionan a Desmond.

Abro la puerta encontrándome con Denzell que está admirando mi arte, siempre es él quien se mete a este lugar, dice que se relaja cuando ve mis pinturas. Sonrió cuando veo qué pasa sus dedos por el dibujo en donde salgo yo con él sentado en mi pierna. Recuerdo ese día, le estaba mostrando el jardín y ese día se presentaron dos aves, las cuales acapararon toda la atención de mi bebé. Es el único dibujo que no he pintado en un cuadro porque Denzell quiere hacerlo, es el único de mis hijos que heredó la pasión por el arte, el único que viene y disfruta su tiempo aquí encerrado al igual que yo.

Mi hijo voltea a verme para luego señalar el cuadro que ya preparo. Así que... hoy es el día.

— Toma asiento — Le digo y enseguida acata mi orden tomando asiento frente al cuadro.

Preparo la pintura que vamos a necesitar y los pinceles que igual va a necesitar, conozco tanto a mi hijo que sé que va a querer hacer todo lo más perfecto posible, siempre ha sido así y no dudo que esta vez va a esforzarse el doble.

Me siento junto a él dándole indicaciones de cómo tomar el pincel, aunque su manera de acomodarse es muy distinta. Lo ayudó a trazar la primera línea, así como las siguientes hasta que lo dejó hacerlo solo cuando veo que ya se acopló al pincel, a ser delicado a la hora de pintar.

— Muy bien — Sonrió al verlo tan concentrado, tanto que veo que se muerde el labio — Ahora otra vez — Mezcla los colores para luego volver a pasar el pincel por el cuadro — ¿Donde planeas colgarlo? — Preguntó sin dejar de ver que lo está haciendo bastante bien, tanto que ni siquiera me responde de lo concentrado que está, así que dejo que continúe haciéndolo, no hablo ni tampoco hago ruido para que no se distraiga, simplemente abro ambas puertas para que el aire fresco se apodere del lugar, salgo a la terraza para ver a Jezabel entrenando con Flavio, ella ha estado practicando baile desde los seis y desde entonces disfruta mucho de la música, sobre todo el tango y la bachata.

Araziel estaba con su abuela hablando, a los pies de mi hijo está Stripes que no sé qué estaba comiéndose, supongo le dieron de comer ya. Hannibal, bueno, él debe de estar comiendo en su lugar ya que es demasiado territorial cuando de su comida se trata.

Veo cómo Araziel sonríe a lo que sea que le dice Emily, aunque en el fondo sigo teniendo dudas acerca de Emily, por otro lado me siento feliz de que Araziel tenga a su abuela a pesar de que ella y yo nunca vamos a poder a ser madre he hija, mi niña interior al parecer nunca dejará de llorar por la madre que se olvidó de ella. Trago grueso mirando a mis hijos, estoy orgullosa de poder ser la madre que yo siempre quise tener.

— Mamá — Vuelvo adentro cuando escucho a mi hijo más pequeño. Me acerco a él para ver cómo está quedando la pintura. «Es una belleza» pienso al ver los pequeños detalles que ha pintado en mis ojos — ¿Qué tal me está quedando? — Me mira — ¿Te está gustando o tengo que mejorarlo?

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