Epílogo.

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Diecinueve años después.

Narrador omnisciente.

-Deja en paz a tu hermana, Scorpius.

-Sólo digo que la podrían enviar a Slytherin como a mí-decía un niño de cabello rubio platinado como su padre mientras él, sus hermanos y sus padres caminaban por la estación de King's Cross. La pequeña castaña iba discutiendo con su hermano, pues él decía que a ella debía tocarle Slytherin. Pero ella no quería-¿Qué tiene eso de malo, Rose? Yo en Slytherin conocí a Albus. No es tan malo como piensas.

-¡Pero yo no quiero estar en Slytherin!

-Lo que trato de decir es...-pero el niño mejor se calló al ver la severa mirada de su madre.

-¡Yo quiero ir!-chillaba una pequeña rubia que iba aferrada al brazo de su padre.

-Irás el próximo año, Narcissa-la consoló Draco.

-¡Yo quiero ir ahora! 

-Llegamos-la familia Granger-Malfoy había llegado frente a la columna de piedra que daba acceso al andén 9¾-Scorpius, Lucius, ustedes van primero.

El pequeño rubio y su hermano castaño asintieron y se metieron corriendo en la plataforma.

-¿Duele?-preguntó Rose al ver desaparecer a sus hermanos.

-Para nada-le dijo Hermione sonriendo con ternura al ver el miedo en el rostro de su pequeña.

-Hagámoslo juntos si quieres-sugirió Draco para tranquilizarla.

Así lo hicieron. Los cuatro Granger-Malfoy tomaron carrera y entraron a la plataforma mágica. Una vez ahí, comenzaron a caminar buscando a sus amigos.

-¡Hey! ¡Harry, Cho! ¡Aquí!

Los Potter habían llegado una hora antes y se encontraban platicando con sus hijos: James Sirius Potter, que además de los ojos y el pelo también había heredado el sentido del humor y la actitud rebelde de su abuelo. Albus Severus Potter, que tenía el pelo negro azabache y los ojos verdes de su padre y de su abuela; se podía decir que era la reencarnación de su padre, excepto que a él lo habían enviado a Slytherin y no a Gryffindor. Y Lily Luna Potter, que fue la única de los tres que heredó los ojos rasgados y la larga cabellera negra de su madre así como su inteligencia. Al ver a los Granger-Malfoy, se dirigieron hacia ellos.

-¿Qué tal, San Potter? ¿Cómo te ha tratado el Ministerio?

-Mal. Supongo que la ministra de magia debe odiarme para tenerme encerrado en la oficina todo el día-dijo lanzándole una mirada acusadora a Hermione.

-Bueno, tal vez deberías estar agradecido con la ministra de magia que se encarga de que tus hijos no tengan que ir a visitarte a San Mungo luego de pelear contra los hombres lobo.

Los amigos rieron. Mientras Narcissa seguía quejándose de lo injusto que era no poder asistir a Hogwarts todavía, Albus y Scorpius se pusieron a platicar de Quidditch y de la siguiente broma que deberían hacerle a James y a Lucius; sin que ninguno de ellos supiera que sus hermanos estaban planeando algo similar para ellos, claro. Por su parte, Lily y Rose platicaban tanto de lo emocionadas que estaban por ir a Hogwarts como de su preocupación por la casa que les pudiera tocar.

Harry Potter y las Reliquias de la Muerte: Amor y Redención.Where stories live. Discover now