Harry Potter y las Reliquias de la Muerte: Amor y Redención.

Capítulo 3.

Conociendo a la familia.

Hermione P.O.V.

Nunca, ni en mis peores pesadillas, me imaginé trabajando con alguien como Draco Malfoy. Está bien que a lo mejor no era tan mala persona como habíamos creído en el pasado. Pero una cosa era aceptar que Draco era un poquito mejor de lo que pensábamos, y otra muy diferente era estar dispuesta a trabajar con él. Simplemente, no me cabía la idea en la cabeza. Y no es que le guardara rencor a pesar de que me hizo la vida miserable durante seis años, sino que simplemente no quería estar tan cerca de alguien que perteneció a los mortífagos, sin importar que fue durante menos de un año.

Mientras caminaba hacia donde se llevaría a cabo el funeral del profesor Dumbledore, veo a lo lejos que Harry y Draco se acercaban juntos. Aunque no parecía que ya se hubieran hecho amigos, parecía haber una tregua entre ellos.

-Hola Hermione, ¿y Ron?

-En las gradas. Lo dejé platicando con Ginny.

-Granger, ¿podemos hablar?

Por un momento, pensé que le iba a responder que no. Pero al verlo me di cuenta de que en su mirada no había ese egocentrismo y malicia que lo caracterizaban, sino algo más, algo diferente...

-Sí, supongo.

-Nos alcanzan después.

Mientras Harry se iba, Draco y yo empezamos a caminar por los jardines del colegio. Nunca habíamos estado tan cerca uno del otro. No en son de paz, quiero decir. Sin embargo, no me desagradaba en realidad. De hecho, se sentía tranquilo, pacífico.

-Bueno, ¿de qué querías hablar?

Draco titubeo un poco antes de decírmelo.

-Esto... mira, ahora vamos a trabajar juntos para encontrar y destruir los horrocruxes, ¿no?

-Eso creo.

-Pues, anoche estuve pensando, y creo que deberíamos evitar la mayor cantidad de conflictos internos que se pueda.

-Obviamente.

-Y por eso, yo... te quería pedir perdón. Perdón por todos estos años de acoso y de insultos hacia ti y hacia tus amigos.

Lo miré sorprendida, aunque incrédula.

-¿Sólo por eso? ¿Sólo porque vamos a empezar a trabajar juntos me estás pidiendo perdón?

Lejos de enojarse, Draco parece avergonzarse aun más, dejándome todavía más sorprendida.

-Bueno, la verdad es que no. Llevo mucho tiempo queriéndote pedir perdón, Gran... Hermione. Sólo que no hallaba como decírtelo.

-¿Por qué?

-Bueno, pues crecí dentro de una familia donde mi padre me obligó a odiar a los sangre... a los hijos de muggles. Quizás hubo un tiempo en el que lo creí. Pero llegó un momento en el que ya no creía en todas esas tonterías sobre la pureza de sangre.

-¿Y por qué nunca dijiste nada?

-Para entonces, Voldemort ya había vuelto. Tuve miedo de actuar, de hablar. Y ese miedo casi me convierte en alguien que no soy. Voldemort ni siquiera quería que me convirtiera en un asesino, sólo quería que fallara para tener una excusa para matarme a mi y a mi familia.