Capítulo 23.

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Momento familiar.

Draco P.O.V.

No sabía qué decir. Lo único que se me ocurrió fue abrazar a Harry y llorar junto a él. No conocí a Dobby como Harry, a pesar de que fue el elfo doméstico de mi familia durante años. Siempre lo traté mal. Pero en sus últimos momentos me salvó la vida y me consideró su amigo. Nunca olvidaría ese gesto de su parte. Alguien se acercó por detrás era Luna.

-Deberíamos cerrarle los ojos-dijo mientras lo hacía-así parece que está dormido.

Era cierto. Dobby se veía dormido, en paz. Después de tantos años de dolor y sufrimiento, la mayor parte provocado por mi familia y por mí, finalmente había encontrado la paz. Harry finalmente pudo volver a hablar.

-Quiero sepultarlo, como es debido.

Entendí a lo que se refería.

-Sin magia. Muy bien Harry, iré por las palas.

Mientras enterrábamos a Dobby, me preguntaba que estaba sintiendo Harry exactamente en ese momento. Tenía una idea, pero para mi sorpresa, cuando intenté usar la Legeremancia en él, no funcionó.

-Lo lograste, Harry.

-¿Qué?

-Sé que no es el momento, pero no pude evitar... tratar de ver en tu mente.

Harry no me reclamó nada. No estaba de ánimos supongo.

-¿Y qué viste?

-Nada. No vi nada. Siempre se te dio muy mal la Oclumancia, pero hoy finalmente lo lograste Harry. Cerraste tu mente.

Harry sonrió triste.

-Supongo que el dolor de la pérdida después de tantas que has sufrido hace que no pienses en nada.

-Yo no creo que sea dolor, Harry. Creo que es amor.

Terminamos de enterrar a Dobby. Usando una navaja, tallé el nombre del elfo en una piedra a modo de lápida, con el siguiente mensaje.

Aquí yace Dobby, un elfo libre. 

Después de eso... nada. Pasamos otro mes en la casa de Bill. Nadie hablaba todavía sobre renunciar, pero empezaban a cuestionar cada vez más la situación y a reconsiderar sus opciones. Tonks y Lupin estaban bien. Aunque a él le preocupaba que su bebé pudiera heredar su licantropía, Tonks le aseguraba que todo iba a salir bien. Fuera de eso, en el ambiente se respiraba un aire si bien no depresivo, melancólico.

Cuando Hermione pudo levantarse, fue a buscarme a la playa. Era el atardecer. Se nos unieron Harry y Cho. Juntos, contemplamos como el Sol se ocultaba en el horizonte.

-Es hermoso-dijo Hermione.

-Más si estamos todos juntos-opinó Cho mientras ponía su cabeza sobre el hombro de Harry. 

-¿Cómo siguen las cosas con Ron?-pregunté.

-Mejor. Ya se disculpó por todo. Fue sincero. No la tuvo fácil para que lo perdonáramos, pero ahora parece que ya nadie le quiere lanzar una maldición por habernos abandonado.

Harry Potter y las Reliquias de la Muerte: Amor y Redención.Where stories live. Discover now