SEGUNDA TEMPORADA DE "IN YOUR WEDDING DAY"
La familia perfecta se ve afectada por información que comienza a salir a la luz, ¿podrán Neymar y Julieta volver a enamorarse, sortear todas la dificultad y reelegirse para tener su final feliz? Hasta que...
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CAPÍTULO VEINTICUATRO
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La música suave tocando de fondo y su cuerpo entre mis brazos era todo lo que necesitaba para terminar bien la noche. Afirmé el agarre en su cintura, envolviéndola contra mi pecho, mientras ella pasaba sus brazos por mi cuello y pegaba su mejilla a la mía, moviéndose al ritmo de una canción que no conocíamos.
Julieta era una reina en los eventos, nunca dejaba de sorprenderme con su capacidad de desenvolverse en cada situación y de responder cada pregunta que los invitados le hacían con una altura digna de admirar. Parecía haber nacido para vivir momentos como estos, donde toda la atención se centraba en ella y no en el evento en cuestión.
Era mágica, sin duda alguna. Su cabello largo caía sobre su espalda, casi llegando a su cadera, y se movía levemente a medida que mis dedos hacían mimos en las puntas. Su piel caliente rozando contra la mía me hizo estremecer, ansiaba besarla, pero no quería apresurar las cosas. Todo había salido tan bien esta noche que temía dar un paso en falso y arruinarlo.
—Gracias por invitarme —Murmuró, alejando un poco su rostro para poder mirarme a los ojos—. La pasé muy bien.
—Gracias a ti por acompañarme —Sus manos se detuvieron en el pliegue del saco de mi traje, jugando con él, mientras continuábamos moviéndonos en nuestro lugar—. ¿Vamos a casa?
—Si, ya me duelen los pies y estoy cansada...
—Al menos nos ganamos una televisión —Me reí, apartando las manos de su cintura y entrelazando mis dedos con los suyos para dirigirnos hacia la mesa—. Ya no tenemos que pensar en un regalo para tu mamá, le llevamos eso.
—Ay Ney —Frunció el ceño mientras se reía y negaba lentamente, mirándome como si hubiese dicho un disparate—. Bueno... es mejor que mi idea de regalarle medias.
—Medias me regalas a mí todos los años desde que nos conocimos.
—No te regalo solo medias —Se quejó, agarrando su bolso de mano y volteándose para quedar frente a mí—. ¿Sabes qué? El año que viene no esperes recibir nada de mi parte.
