SEGUNDA TEMPORADA DE "IN YOUR WEDDING DAY"
La familia perfecta se ve afectada por información que comienza a salir a la luz, ¿podrán Neymar y Julieta volver a enamorarse, sortear todas la dificultad y reelegirse para tener su final feliz? Hasta que...
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CAPÍTULO OCHO
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Miré el techo de mi habitación como si fuese la cosa más interesante del mundo. Hacia tiempo que no sentía esa sensación de desasosiego, como si tuviese en el estómago un nudo que no que no era capaz de deshacer.
Ni hablar de la presión en la garganta y de los ojos escociéndome por la fuerza que hacía para no dejar caer las lágrimas. Suspiré, volteándome para quedar frente a la ventana, dándome de cara con una foto de Julieta y Máximo cuando el monito había nacido.
Recuerdo ese momento con exactitud porque fue muy caótico. Recién nos habíamos mudado a la nueva casa, mucho más pequeña de las que yo solía vivir, nos faltaban desempacar algunas cosas por lo que en cada rincón había cajas estorbando, y Julieta no recordaba en cuál de todas ellas había guardado el bolso con los preparativos para la internación.
Como si con eso no fuera suficiente, tan pronto como rompió bolsa, se tomó su tiempo para darse un baño porque no quería llegar desarreglada al hospital. Yo estaba que no daba más de los nervios, caminaba de un lado para otro, maldiciendo por lo bajo, y me gané unos coscorrones de su parte por alterarla.
El parto duró tres horas. Había entrado junto a ella porque no me quería perder ese momento, aunque casi me desmayo por la impresión. En el instante en que vi a Max por primera vez supe que ahí debía quedarme para siempre.
Era tan pequeño que mis manos parecían enormes cuando lo tomé en brazos. Envuelto allí en su mantita blanca nos miraba entre llantos a Julieta y a mí como si nos hubiese elegido antes de venir al mundo.
Me sequé un par de lágrimas que se me habían escapado y refunfuñé. Estirando el brazo para agarrar mi celular que estaba sobre la mesa de luz. Tenía algunos mensajes de WhatsApp que ignoré rotundamente y entré a Instagram al ver que tenía unas cuantas notificaciones.
Fruncí el ceño cuando entré en unas de las publicaciones. Tan pronto como vi la foto y leí lo que decía, sentí como me comenzaba a hervir la sangre. Me senté rápidamente y le hice zoom a la foto para poder apreciar mejor.
