-Mas que motivarme, me calma.

-Y además haciendo ejercicio, ¿qué pasa con ustedes?

-Viste a Carlos haciendo abdominales, ¿eh?

-Ustedes son raros.- bromé.- Ven, Mattia los está esperando. ¿Estás nervioso?.- pregunté cuando empezamos a caminar hacia boxes.

-Solo ahora, pero todo se esfuma cuando inicia la carrera, por eso buscamos algo que nos mantenga ocupados, para calmar las ansias.

-Entiendo, tal vez puedas contarme más cuando ganes.

-¿Te digo algo? Lo haré.- sonrió.

Los abracé con fuerza a los dos antes de que entraran a sus respectivos vehículos, rezando no solo por un buen resultado, sino también porque regresen ilesos.

(...)

Mi corazón golpeaba con fuerza mi pecho los segundos antes de que los autos arrancaran. Sentía que iba a desfallecer en ese preciso momento, y agradecí mentalmente no estar en el lugar de Charles o Carlos.

Finalmente, la cuenta regresiva terminó. Charles empezó de primero gracias a su desempeño en la clasificación del sábado, y se mantuvo así gran parte de la carrera.

Soy la única persona que tiene contacto con él durante la competencia, por lo que soy la encargada de  comunicarle todo lo que está pasando.

-Vas bien, Charles. Mantén ese ritmo y guárdalo todo para la vuelta final, por favor.

-Entendido.

A decir verdad, fue emocionante ver una carrera desde este lugar, escuchando los pensamientos de Charlie sobre la marcha, revisando las estadísticas de su motor y al resto de los pilotos.

En algunas ocasiones, Max logró rebasarlo, pero habíamos contemplado ese escenario, sabe qué hacer. Charles logró recuperar el primer lugar todas las veces que Max lo disputaba, hasta que quedó fuera de la carrera por fallos en su motor.

Todo iba de maravilla, y la cereza del pastel fue que Carlos logró conseguir el segundo puesto.

Por primera vez en mucho tiempo, Ferrari había conseguido que sus dos pilotos quedaran en primer y segundo lugar.

-Bieeen! 1 y 2, bebé. Así se hace!.- gritó desde su radio.

Todos en boxes gritaron, aplaudieron y se abrazaron, extasiados por la magnífica carrera que acabamos de presenciar.

Y he de reconocer, yo me emocioné también.

Habían ganado la primera carrera de la temporada, y yo había sido parte de esto, tal vez mi papá se muestre benevolente.

Ambos chicos subieron al podio, sonrientes y felices, incapaces de contener u ocultar lo que están sintiendo en este momento. Rápidamente las botellas fueron abiertas, y se bañaron en ellas. Litros de espumosa champaña escurría de sus gorras y trajes, y se encargaron de que buena parte de la celebración me empapara a mí también. Tomé fotos de todo con la cámara que me había encargado de empacar. Desde arriba, Charles me dedicaba un guiño para mi foto. Los rostros sonrientes de los chicos de Ferrari protagonizan la mayoría de ellas.

-Bonita vista, ¿no?.- me preguntó Charles a mis espaldas mientras admiraba la ciudad de noche desde el ventanal más alejado de la fiesta de celebración.

-Sí, aunque la victoria la hace todavía más bonita.

-No podría estar más de acuerdo.- me entregó una copa de champaña.

-Bueno, ya cuéntame.- me senté en la barra de la ventana.

Me miró con confusión.

-¿Que te cuente qué?

FORMULA HEART || Charles LeclercWhere stories live. Discover now