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Namjoon solo pasaba en la oficina trabajando, prometiendo no volverse a enamorar y pensando en querer una vida tranquila, pero al ver por las calles a los enamorados tomados de la mano, besándose o regalándose algún obsequio por navidad, lo ponían nostálgico, añoraba las navidades con su ex esposo viendo películas románticas y tomando chocolate caliente mientras se acurrucaban para calentarse un poco más, pero ahora solo eran recuerdos.

Recuerdos que no ha podido olvidar a pesar de que ya era más de un año del abandono del castaño, no es que quisiera que regrese simplemente construyeron recuerdos para toda la vida, daba gracias a su familia sobre todo a su madre por estar ahí cuidándolo y diciéndole que regresara a la casa con ella, pero Namjoon simplemente se negaba a regresar pues creía que Jooheon regresaría pero pasaron tres meses y nunca volvió con resignación simplemente vendió su enorme departamento donde pensaba criar a sus hijos y envejecer con su esposo, pero no fue así.

En esos días se sintió solo como si no tuviera a nadie hasta que su hermano le grito que él no estaba solo que los tenia a ellos a papá, mamá y a él y pues es así que cada fin de semana los iba a visitar y no era excepción las festividades.

Había decidido caminar hasta la gran casa de sus padres que como todos los años hacían una fiesta benéfica por navidad y fin de año donde todos su amigos y conocidos asistían dejando una gran cantidad de dinero para las personas de escasos recurso y orfanatos, eso era algo que admiraba de sus padres el gran corazón que tenían para con los demás. Estaba bien arropado con un abrigo negro, una bufanda azul y sus guantes rosas de la suerte así lo decía él, aunque su mano derecha no tenía puesto un guante ya que no quería ensuciarla con las colillas que dejaba el tabaco, para Namjoon el fumar era como un analgésico, como una pastilla para la tristeza cada calada que daba hacia desaparecer un poco más el cariño que tenía por su ex esposo, ya no lo amaba solo había cariño y recuerdos, solo eso.

Al llegar vio la casa de sus padres todo estaba adornado acorde a la fecha, con luces doradas por todos lados con algunos diseños de bastones de caramelos, todo estaba lindo a sus ojos, lanzo

al suelo lo poco que quedaba del cigarrillo pisándolo al instante para apagar el pequeño fuego, respiro profundo fingiendo una sonrisa sintiendo el espíritu navideño, aunque por dentro Namjoon sentía que era un día normal como cualquier otro, caminaba lento hasta la entrada de la que hace muchos años fue su hogar, las puertas se abrieron dejando ver a su linda madre, una mujer de cabellos negros con algunas canas, pero que para el moreno la hacía ver más hermosa.

— ¡Hola hijo! — grito emocionada al verlo después de largos meses en los que consoló a su hijo por el divorció —Pensé que no vendrías cariño- se acercó a darle un fuerte abrazo —Apestas a tabaco—dijo después de alejarse de su hijo haciendo una mueca.

—Está haciendo frio mamá y eso me calienta un poco— no mintió para Namjoon el tabaco aparte de ser su analgésico le calentaba el cuerpo.

—Ve a tu habitación todavía hay un poco de perfume del que aun usas— demando su madre quien le dio un empujón y una nalgada para que se apure.

—Mami no quiero ser descortés, así que primero saludare a los amigos de papá— sonrió mostrando sus hoyuelos que era el gesto que más amaba su madre pues su esposo también lo tenia.

—Está bien pero luego ve por ese perfume— amenazo con el dedo índice solo recibiendo un asentamiento de cabeza por parte de Namjoon.

Namjoon caminaba por todo el salón saludando a cada invitado que con una sonrisa le devolvían el saludo trato de encontrar a su padre fracasando en el intento, sus ojos se paseaban por cada rincón del gran salón hasta que vio una cabellera castaña y una linda sonrisa, y sin dudar se acercó con sigilo.

ME ENAMORÉ DE ÉL **NAMJIN- JINNAM** (Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora