Hago una mueca al ver a Jade, ella me recuerda tanto a mi cuando mi nana me decía que pronto estaría con mis padres, sin embargo, nunca estuvieron ahí como lo estuvo mi nana.

Apreté los labios queriendo reservarme mis comentarios, odiaba que le mintiera de esa manera porque ambas sabemos que mi padre ya no iba a permitir que se fueran, al menos no hasta que Fionn ya no necesitara de la leche materna de Ekaterina. Y no he querido averiguar qué es lo que hará cuando Fionn ya no necesite demasiado a su mamá, pero presentía que no iba a ser algo bueno como la libertad, además de que Ekaterina no se iría sin Fionn.

La puerta se abre revelando a mi padre con su bata blanca, la que siempre utiliza cuando está preparando sus dosis para las... siguientes personas que tiene atados en la habitación donde antes habían estado los chicos a los que...

— Briana — Me mira con seriedad. Estos días no han sido nada familiares desde que le grite y él me mandó a mi habitación, de hecho, está es la primera vez que interactúa conmigo — Es momento de que vuelvas para que continúes trabajando — Suelto un suspiro levantándome sin más remedio.

Pasó por su lado y me detengo cuando veo que no tiene intenciones de venir conmigo.

— ¿Tú...

— Ve — Miro a Ekaterina quien solo me da un leve asentimiento. Trago grueso y me alejo por completo.

No estoy preparada para presenciar otra escena como en el laboratorio, ni a nada violento. No estoy preparada para admitir lo obvio. Quiero permanecer en aquella burbuja en donde mis padres y yo estamos juntos, siendo personas normales y buenas, sin dañar a nadie, ni siquiera con una jeringa.

Solo ruego porque no le haga daño a Ekaterina o a Jade.

Brigid

— Aquí tienes — Balderik me entrega una carpeta negra.

— ¿Qué es esto? — Preguntó un tanto dudosa de querer abrirlo.

— Es información que encontré sobre el secuestro de tu amiga — Suelta un largo suspiro mientras se sirve un poco de whisky — Las cámaras de vigilancia captaron cuando salió del hospital donde dio a luz a su bebé — Trago grueso viendo las imágenes impresas. Ekaterina salía del edificio con su bebé en brazos que estaba perfectamente protegido por las cobijas de bebé — Cuando se fue en el auto con aquel hombre que al parecer es un compañero de trabajo, se llama Henry.

— ¿Ya lo contactaste?

— Uno de mis hombres lo hizo fingiendo ser parte de la policía. Mencionó que la había llevado a recoger a su hija y después de eso la dejó en su hogar para que descansara. Le dieron una semana de reposo para que se recuperara del parto, así que... de ahí ya no ha sabido nada de ella.

— ¿Revisaste alguna cámara de seguridad que se encontrará en su calle? No sé, tal vez en su casa o si los vecinos vieron algo.

— Revisa las siguientes imágenes, aquello fue captado por las cámaras de seguridad de la calle. Cuatro hombres la sacaron de su casa, pareciera que se conocen de toda la vida porque no se ve que tu amiga ponga resistencia.

— ¿Cómo hubiera podido hacerlo cuando la estaban sacando junto con su hija y su bebé recién nacido?

— Ya revise las placas, son robadas.

— ¿Encontraste el auto?

— Abandonado, lo dejaron en el estacionamiento que está a un lado de la gasolinera, a las afueras de la ciudad. Mis hombres ya están buscando cerca del lugar para encontrar alguna pista — Se toma el whisky de un solo trago — Quien se la haya llevado, fue bastante meticuloso como para no dejar rastro, dejó el auto fuera de la vista de las cámaras y... no encontramos huellas en el auto.

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