Mi mayor sueño fue ser mamá desde que me enteré de Stella, y fue un dolor en el pecho cuando no pude protegerla y traerla al mundo, aún sigue doliendo porque muy seguido me preguntaba como hubieran sido nuestras vidas con ella a nuestro lado.

¿Hubiera sido igual a mi? ¿Cómo se habría escuchado su risa? ¿Su voz? ¿A que edad hubieran sido sus primeros pasos? ¿Su primera palabra hubiera sido Mamá?

Nunca lo sabremos.

Aunque me alegra tener a mis hijos, Araziel, Jezabel y Denzell, los tres milagros que no creí que tendría porque creí que estaba demasiado rota como para soportar otro embarazo.

— Hay que llamar a papá y que venga, necesitamos quedarnos aquí — Suelto la carcajada al escuchar a Denzell — ¿Qué? Es una buena idea.

— Volveremos aquí, Denzell — Asegura Araziel — Ya sé dónde quiero pasar mi cumpleaños — Sonrió antes de besarle la mejilla y mi corazón salta de emoción al ver que pasan los segundos con rapidez y mi hijo no se ha limpiado el labial que deje marcado en su mejilla.

Nos quedamos un rato más hasta que decidimos tomar el barco que nos llevaría devuelta.

Balderik se pone en contacto diciendo que ya estaba en casa y estaría pronto en Positano para recogernos personalmente y llevarnos de vuelta a casa.

Estos días han sido bastante buenos a pesar de que pasaron tan rápido, pero valió la pena cada segundo que pasamos juntos, aunque hubiera sido mucho mejor si hubiésemos estado los cinco juntos.

Me recosté en la cama de la habitación del barco y Denzell se recostó a mi lado, estos días ha sido mi compañero de habitación. Mis amaneceres con Denzell fueron realmente motivadores, despertar con sus piernas o un brazo sobre mi, incluso ver cómo murmuraba palabras que no entendí en absoluto, pero que me parecieron la cosa más adorable. Las noches eran mucho más divertidas, hablábamos sin parar o veíamos películas de acción antes de quedarnos profundamente dormidos, abrazados uno al otro, aquello hizo que no extrañara demasiado a Balderik, no cuando tenía a la versión pequeña de él junto a mi.

Ambos reposamos en la cama, veíamos rápidos y furiosos 5 mientras el barco llegaba a su destino, estábamos a pocas horas de reunirnos con Balderik.

— ¿A que hora nos vamos a ir mañana?

— En la noche, tengo que ir a ver a tu tía primero antes de poder irnos a Londres.

— ¿También llamaras a mi tía Tangie? — Suelto un largo suspiro. Desde el cumpleaños de Jezabel no he sabido nada más sobre mi hermana, la única que seguramente tiene noticias debe de ser Emily, además de que pronto sería el cumpleaños de mi sobrina.

— ¿Ya la extrañas?

— Un poco — Se encoge de hombros — He estado hablando con Helena por FaceTime, desde el teléfono de mi hermano — Aclara — Dice que su maestra está organizando un recital de ballet, pero aún no se han puesto a practicar.

— ¿Un recital? — Asiente.

— El cascanueces, dijo que su maestra se ha inspirado en la película del príncipe cascanueces — Hace una mueca al tiempo que frunce el ceño — Lo investigue por internet, ¿podemos conseguir la película y verla?

— ¿No quieres ir al recital para verla?

— Para verla tengo que entenderla, no quiero aburrirme y quedarme dormido — Sonrió divertida.

— ¿Te cuento algo?

— Te escuchó.

— Cuando Araziel era pequeño, lo llevamos a un recital de ballet, tu tía Tangie siempre quiso ir a uno personalmente y la lleve, tenemos un cascanueces de recuerdo — Voltea a verme impresionado como si le hubiera dado una revelación.

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