I'll be by your side - nomin

Brújula junto a metal.

La noche prontamente los alcanzó y se tornó lluviosa. El ambiente se puso bastante helado y se podía alcanzar a escuchar como las gotas de lluvia empezaron a chocar contra el suelo y ventanas.

Pero desde que ambos llegaron algo intranquilos a la casa del mayor, éste se había estado comportado algo raro.

— Cariño. ¿Por qué no te vas a dar a meter a la bañera? Te dejé lista el agua calentita. Te caería bien un baño de espuma, Jen. —Fue a darle unas suaves palmadas en la pierna para que se animara a levantarse e ir a relajarse en el agua.

El entorno seguía frío, tenso y el silencio le daba ese toque incómodo, el cual encerraba a los dos chicos en un momento asfixiante.

Las ojeras, sus ojos rojos, y labios resecos predominaban en su aburrido semblante, asintiendo y levantando su pesado cuerpo para irse al segundo piso lentamente.

Estando finalmente en el baño, se deshizo por completo de sus ropas, metiéndose sin pensarlo dos veces en la tina, sintiendo un cosquilleo cómodo al su piel fría hacer contacto con el agua caliente.

Se hundió en la espuma y dejó fuera solamente su cabeza, la cual recargó en la orilla de la tina.

Mientras miraba el agua junto a la espuma, sintió una extraña sensación de estarse mirando en un espejo. Sus pómulos se deterioraban, sus labios se secaban, sus desgastados ojos oscuros no tenían más esa linda luz que todos adoraban. Se estaba convirtiendo en una escasa versión de Lee Jeno.

Los recuerdos de las palabras de su padre azotaron su mente.

"—Cuando te alteras demasiado, todo tu alrededor puede ser peligroso. Te conozco, hijo."

— No, nadie me conoce. No, no lo sabes.

"—Conocí a un chico de cabello castaño. Fui a la universidad de medicina a checar algunos asuntos y... me topé con ese interesante chiquillo."

"—Porque tiene las mejores notas. Es amable, honesto y responsable. Su madre habló conmigo y se está preparando arduamente para ser un excelente psiquiatra."

La voz de su papá se distorsionó en su memoria y se tapó los oídos con fuerza, tratando de callarlo, callar al que alguna vez fue su progenitor.

— Él es... ¿Por qué te haces de la vista gorda? ¡Él es! ¡Puto traidor!

— ¡Siempre lo fue!

— Tienes al maldito culpable en tu casa.

— ¡Reacciona, Jeno!

Las voces de él mismo resonaron en gritos en su mente, y el sonido que rechina, atacó hasta sus entrañas.

Empezó a golpear su cabeza con el puño cerrado, jalando su cabello con fuerza, casi queriendo arrancarse el cerebro para callar las voces. La palabra "Reacciona" no dejaba de repetirse con el desagradable sonido distorsionado.

Los gritos cesaron cuando tenía varios segundos rasgando la piel con sus largas uñas.

Se levantó de golpe, con un rostro frustrado. Las venas de su frente estaban totalmente marcadas, y sus cejas fruncidas de coraje.

Se colocó nuevamente sus prendas, y le importó poco estar escurriendo en agua, porque salió en dirección a la cocina, con sus pasos pesados y una respiración baja.

------ ×_× ------

Estaba listo.

No le importaba nada, sólo quería ver a Jeno en su estado feliz y plenamente sano.