No hay escape de la realidad.

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— Estoy bien, Nana. Sólo se me cayó el vaso. Pero por ahora necesito descansar... nos vemos.

Cortó la reciente y nueva llamada, y enseguida hizo una mueca de disgusto, dejando el teléfono en la mesa.

– ¿Por qué tan cortante con él? Te acaba de hacer un dibujo... deberías ser más considerado. —De su boca salió una risa burlona, mientras pasaba algodón con alcohol en la cortada que se encontraba en el dedo pulgar de Jeno.

Éste último soltó un chillido lastimero y su mano tembló ante el algodón con ese odioso líquido. — Tú fuiste quién me dijo que le colgara, no salgas con estupideces.

— ¿Cuántas veces quieres que te repita que debes mantener un buen vocabulario?

Jeno rodó los ojos y alejó su mano de la del mayor.

— Eso dímelo cuando me pongas atención y de verdad sea tu hijo. —Gruñó molesto y tomó una curita de la mesa para por fin colocarla en el dedo lastimado.

— ¿Vas a empezar? No tienes vergüenza.

— ¡Tú aquí eres el que no tiene vergüenza!

El señor Lee quedó en silencio y su rostro no demostraba alguna reacción ante los gritos de su hijo.

— ¡No sé que mierda haces en mi casa! ¡¿Por qué mejor, no te largas de una vez?!

Finalmente el afectado soltó un suspiro largo y algo molesto.

— Tranquilízate, Jeno. Por el amor de dios...

Se levantó para palmear su espalda e ir rápidamente a la cocina por un vaso de agua. De vidrio, de nuevo.

— Toma agua, eso te va a bajar los nervios. Estás demasiado alterado. Esta vez no lo rompas apropósito o te lastimarás otra vez.

— ¿Tú qué vas a saber sobre qué estoy alterado? —Tragó el agua del vaso, con furia.

— Cuando te alteras demasiado, todo tu alrededor puede ser peligroso. Te conozco, hijo.

— No me digas así. Y no lo sabes porque me quieres o porque te importo, lo sabes porque...

Su voz fue interrumpida por la voz ronca de su papá.

— Porque te pareces a tu madre, Jen.

Ignoró los gestos molestos que le hacía el menor, y tomó algunos papeles que traía consigo y que anteriormente había colocado en la mesa.

— ¿Puedo quedarme un rato? Sólo quería venir a verte, pero tengo que hacer algún papeleo cualquiera.

— Haz lo que quieras.

Jeno se levantó cruzado de brazos y se fue a la cocina por alguna botana.

Su padre ahí, lo ponía de nervios y necesitaba algo para distraerse. No le gustaba verlo, para nada.

Sólo le traía malos recuerdos.

Pero apenas reaccionó de verdad, cuando ya le había ofrecido snacks a su papá, y estaba sentado junto a él, viéndolo trabajar.

— ¿Sabes...? —Murmuró mientras se echaba una fritura a la boca. —Conocí a un chico de cabello castaño. Fui a la universidad de medicina a checar algunos asuntos y... me topé con ese interesante chiquillo.

— ¿En serio? ¿Por qué te interesó un chico de mi edad? —Soltó una risita desinteresada.

— Porque tiene las mejores notas. Es amable, honesto y responsable. Su madre habló conmigo y se está preparando arduamente para ser un excelente psiquiatra.

I'll be by your side - nominWhere stories live. Discover now