Capítulo 5

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Había terminado las entrevistas, tuvo que evadir varias preguntas acerca de los recientes acontecimientos con Mick pero fuera de eso de normal.

Actualmente estaba sentada en un pequeño jardín del hotel en el que se quedaba, saldría a festejar con sus amigos en un rato pero necesitaba un tiempo para dejar fluir sus pensamientos.

–Hola.– conocía a ese voz demasiado bien.

–Hey.– dijo Andrea sonriendo a boca cerrada.

–¿Por qué no estás festejando? Ganaste.– dijo Mick sentándose a su lado.

–Pues si gane y todo, pero me siento insatisfecha, cómo si me faltará algo.– admitió en voz baja.

–Nunca estarás satisfecha, ambos sabemos eso. Pero tienes que celebrar tus logros.– dijo el alemán sin verla, tenía su vista fija en el pasto.

–Celebrar mis logros nunca se me ha dado bien, porque se que puedo hacerlo mejor.– admitió la mexicana.

–Pues...no hay nada que hacer con eso, diste tu máximo, solo te queda entrenar para mejorar.– dijo Shcumacher.

–Si, pero bueno...lo haré, solo que necesitaba un tiempo para pensar.– dijo Andrea volteando a verlo, se veía como un angel.

–Hay mucho que pensar...– dijo Mick asintiendo con la mirada perdida.

Parte de la mente de Andrea quería decirle que se arrepentía, que lo extrañaba y sus días eran como una tormenta sin el, pero no podía, era muy orgullosa y nadie podía cambiar eso. Mil campanas sonaban en su corazón impidiéndole escuchar su mente, por qué era tan difícil pedir perdón?

–Yo... extrañaba tu compañía.– dijo Mick de repente volteando a ver a Andrea.

–Igual, por más que quiera a los chicos no es lo mismo.– admitió la mexicana.

–¿Podemos ser amigos? ¿Por lo menos?– preguntó Shcumacher con miedo a la respuesta.

–Seguro, de hecho creo que es lo mejor.– dijo Andrea.

–Probablemente, sobretodo porque la gente del paddok ya empezó a sospechar.– dijo el alemán.

Siguieron platicando unos minutos, sabían que eso de ser amigos era relativo porque en realidad no hablarían tanto pero de cierta manera los calmo.

–Am...me tengo que ir, en una hora van a pasar por mi y no me he arreglado.– dijo Andrea viendo el mensaje de Lando.

–Si, no te preocupes.– dijo Mick.

Se despidieron rápido y Andrea corrió a su cuarto para empezar a arreglarse, terminó justo a tiempo y se fue a la fiesta, era una fiesta con varios deportistas así que era privada.

–Voy a la barra.– dijo Andrea algo alto para que Lando la escuchará.

Llegó a la barra y pidió una laguna azul, no quería que fuera demasiado cargado para iniciar la noche.

–Hey, eres Andrea Hernández, no?– preguntó un chico a su lado, era atractivo, tenía ojos azules y pelo castaño claro.

–Sip, tu eres...– dijo Andrea esperando la respuesta del chico.

–Joe Burrow.– respondió el chico sonriendo.

–Pues es un placer conocerte Joe Burrow.– dijo la mexicana sonriendo.

–Lo mismo digo.– dijo Joe.

–Perdona mi negligencia pero, qué haces? ¿Cómo deporte?– preguntó Hernández con curiosidad.

–Fútbol americano, soy quarterback en los tigres.– dijo Burrow, Andrea sabía del fútbol americano, le gustaba bastante de hecho así que era familiar con lo que decía.

–Quarterback, debes de tener una puntería muy buena.– dijo Andrea tomando de su vaso.

–Pues, siempre se puede mejorar...eres la primer mujer que no me pregunta que es eso.– dijo Joe riéndose.

–Siempre me ha gustado el americano, qué te puedo decir?– dijo la mexicana riéndose.

–¿Si? ¿A qué equipo le vas, de la NFL?– preguntó Joe acercándose.

–No sé, nunca he sido de irle a un equipo en específico, me enfoco más en los jugadores.– dijo Andrea acercándose también, le gustaba este juego.

–¿Te gustan los jugadores de americano?– preguntó Burrow acercándose aún más.

–Me parece magnífico que no le teman a salir heridos.– dijo la mexicana sonriendo mientras se acercaba, sus caras estaban a cinco centímetros.

–¿Quieres ir a algún otro lugar más callado?– pregunto Joe.

Andrea solo se limitó a asentir, Joe la agarro de la mano y empezaron a caminar, Andrea se impresionó al ver su altura, le sacaba fácil una cabeza, Joe fácilmente media 1.90 mientras que Andrea tenía su poderosisimo 1.53

–Eres muy bajita.– dijo Joe riéndose al verla.

–Solo recuerda que eso hace que te pueda taklear más fácil.– dijo Andrea arrugando la nariz.

Midnight rain || Mick Schumacher Where stories live. Discover now