Episodio 40

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Todo era tan sombrío para ellos ahora. Neteyam sostenía su brazo alrededor del hombro de su hermano para consolarlo mientras veía a los otros dos Navis que aún estaban alrededor del cuerpo de Rotxo haciendo todo lo posible para limpiar las heridas de Rotxo y tratando de cubrir las heridas para que no saliera más sangre. Las lágrimas de Aonung dejaron de caer solo suspiros se oían, mientras que aún Tsireya seguía llorando.

Finalmente, sus padres, incluida la madre de Rotxo, llegaron con los guerreros nadando sobre sus skimwings. Cuando llegaron, sus padres se quedaron esta horrorizados al ver a Rotxo. Ellos exigieron preguntas a los adolescentes. Pero ellos no respondieron de inmediato debido a la cantidad de dolor que todavía sentían. Aonung y Tsireya retrocedieron cuando vieron a la madre de Rotxo llegar y saltar a la roca gritando horrorizada al ver a su hijo mayor. Txanal abrazó la cabeza de su hijo con fuerza, llorando. Los gritos de Txanal hizo que los guerreros empezaran a llorar.

Después de unos minutos viendo aquella escena desgarradora, Aonung fue el primero en hablar, con un tono fuerte pero entrecortado, mientras se limpiaba las lagrimas empezó a contar todo lo sucedido, de como Awata fue asesinada por la gente del cielo y como fueron atacados más allá del arrecife. Ronal se quedó allí en shock, finalmente se acerco a su hijo y lo abrazó consolándolo lo mejor que pudo. Las lágrimas de Aonung volvieron a caer cuando Ronal lo abrazó. Miró a Tonowari, que estaba abrazando a Tsireya. El jefe y la tsahik se mantuvieron en silencio, pero sus expresiones de enojo volvieron al ver el dolor de sus hijos. Especialmente al escuchar a su hijo sobre la horrible noticia del joven adulto tulkun muerto.

Neteyam apartó la vista, ya no queria ver a Aonung sufrir. Sintió que su madre lo abrazaba a él y a Lo'ak. Su padre se acerco y también los abrazó. Escuchó a sus padres hacerle preguntas a él y a Lo'ak. Pero el ignoraba todo aún seguía en trance, observo como Rotxo estaba siendo puesto en un transportador. Su padre le hizo mirar hacia al otro lado con la mano. Finalmente, Tonowari hablo y dijo que era tiempo de regresar al pueblo.

Antes de que todos volvieran a nadar en sus skimwings, lo único que escuchaban en el camino eran los sollozos de Txanal, mientras que Ronal y otras adultas consolaban a la mujer mayor. Tonowari y otros guerreros estaban llevando a Rotxo al hogar de curación de la tsahik lo más rápido posible. Neteyam escuchó de Ronal que quería intentar resucitar a Rotxo. Parecía decidida a que valía la pena intentarlo. Su mirada volvió hacía a Aonung y Tsireya, ellos estaban siendo llevados por su padre, estaban demasiado agotados como para subirse a un Skimwing por la dolorosa experiencia que habían presenciado. Aunque tambien él junto a su hermano estaban siendo llevados por sus padres. Neteyam podía sentir que iban a ser castigados... severamente al llegar al pueblo.

Había pasado una hora cuando llegaron al pueblo. Ronal se puso a trabajar para revivir a Rotxo. Todo el mundo estaba esperando afuera de la casa de la gran tsahik rezando a Eywa. Neteyam decidió quedarse en casa con sus hermanos. Se sentía cobarde por no estar allí junto con Aonung, pero no podía encontrarse a sí mismo si esta allí. Neteyam estaba lidiando con la culpa por no poder proteger a Rotxo.

De pronto sus padres entraron y dieron la desafortunada noticia a sus hijos de que Rotxo fue anunciado como muerto por la tsahik.

*********

Neteyam estaba sentado en su estera en la casa de su familia. De pronto su padre los llamo para hablar a él y a sus hermanos. El se adorrillo llamando a sus hijos, Lo'ak se sentó a su lado, y también sus hermanas menores estaban de lado escuchando. Kiri y Tuk aún estaban llorando por la noticia de que Rotxo estaba muerto. Neteyam miró hacia abajo a sus manos. El se lavó antes de poner un pie en su casa, pero... todavía podía ver la sangre de Rotxo en ellas. Esto le hizo temblar las manos.

—¿Por qué estaban todos ahí fuera?— Su padre finalmente preguntó.

Ambos no dijeron una palabra.

Incondicionalmente ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora