Episodio 30

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Neteyam fue regañado por su padre después de regresar de su cita con Aonung. Aparentemente, Tuk se había lastimado por nadar con su ilu. Tenía un bulto formándose en la frente. Esto hizo que Neteyam se estremeciera porque él era el hermano mayor y sí, debería haber estado vigilándola. Pero se distrajo con Aonung. Después de que recibió el regaño, Neteyam se disculpó con Tuk por no vigilarla más de cerca. Todo lo que hizo Tuk fue simplemente abrazarlo con fuerza, diciendo que no es su culpa. Eso hizo que Neteyam se sintiera mejor.

Ese mismo día Lo'ak detuvo a Neteyam y lo llevó a una zona tranquila del pueblo. Lo'ak preguntó cómo estuvo el festival de los faroles para su hermano. Y Neteyam sonrió, respondiendo con confianza de inmediato que él y Aonung se habían besado. La reacción de Lo'ak fue de negación al principio, por que no podía creerle en absoluto. Pero cuanto más asentía Neteyam, los labios de Lo'ak se convertían lentamente en una sonrisa. Lo'ak aplaudió antes de tocar el hombro de Neteyam.

"Mi hermano mayor, finalmente aceptó sus sentimientos. Y finalmente besaste a alguien, sheesh".

Neteyam puso su mano sobre la cabeza de Lo'ak, "Nunca pensé que serías tan solidario, hermanito".

"Tu eres mi bro". Te cubro la espalda.

Y a partir de ahí, Neteyam aprendió a administrar su tiempo, vigilando a sus hermanos menores y estando con Aonung.

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Cuando estaban con la pandilla, Neteyam y Aonung siempre se sentaban juntos. Uno al lado de otro, incluso ambos se daban roces en el brazo o en las manos incluso, hasta en el pecho. Aonung era más directo, mientras que Neteyam era más discreto al respecto. Pero aquí y allá, Neteyam sostenía el antebrazo de Aonung frente a la pandilla de vez en cuando. Lo'ak siempre reaccionaba a un reflejo nauseoso debido a la cantidad de PDA ( demostración de afecto en público) que mostraban los dos al reírse de ellos. Tsireya siempre levantaba una ceja cuando Neteyam tocaba a su hermano de una manera tan cercana. Llegó hasta el punto donde Rotxo preguntó por qué Neteyam y Aonung seguían toqueteándose siempre. El le pregunto a Aonung.

Aonung miró a Neteyam y este le devolvió la mirada. Aonung lo miró pidiendo permiso para responder a Rotxo. A Rotxo se le aguzaron las orejas. Los oídos de Tsireya también se le agudizaron, queriendo saber la respuesta de su hermano. Neteyam asintió porque estaba seguro de que los dos no reaccionarían mal. Entonces Aonung soltó allí mismo que él y Neteyam estaban juntos, desde ese día que se besaron durante el festival de los faroles. Neteyam observó con las orejas atentas para ver cómo reaccionarían los dos.

Rotxo se levantó, señaló a Aonung y gritó: "¡Lo sabía!"

Tsireya sonrió ampliamente, tapándose la boca con asombro. Puso su mano sobre el pecho de su hermano, "Aonung, estoy muy orgullosa de ti".

Rotxo preguntó de repente: "Espera, Aonung, ¿Qué de eso..."?

Neteyam vio a Aonung decir rápidamente "Alto" en el lenguaje de señas. Notó que Tsireya desvió la mirada hacia abajo ante eso riéndose. Neteyam frunció el ceño por eso, pero sintió que no debería pensar tanto por esa reacción. No ahora, que podían él y Aonung expresarse frente a la pandilla.

Cada vez que estaban solos. Ellos iban a nadar juntos en sus ilus. Corrían y giraban en espiral uno alrededor del otro. Incluso habían encontrado una roca en la que podían caber los dos sentados en ella. Y esa roca se convirtió en su lugar secreto, durante ese tiempo que pasaban juntos.

Durante este tiempo que pasaba con Aonung, Neteyam se había sorprendido por las manos de Aonung era muy diferentes a la él. Y Aonung también admiraba la suya, a pesar de su diferencia. Los dos se volvieron más cercanos por las historias que contaban sobre su infancia. Aonung contó historias de sí mismo con Rotxo siendo niños muy traviesos que probablemente todo el clan los odiaba en secreto (al menos, eso pensaba Aonung).

Incondicionalmente ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora