Episodio 45

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Aonung había llevado a su pareja a un lugar lejos del pueblo donde nadie los podía interrumpir. El omaticaya honestamente pensó que iban a ir a su lugar secreto. Pero se equivocó. Vio como el heredero miraba a su alrededor para ver si había aldeanos cerca. Su mano aún estaba entrelazada con la de Aonung. El heredero se dio la vuelta y miró a su pareja y con su otra mano acarició el brazo de Neteyam. El sin pensarlo llevó su mano hacia la mejilla del heredero.

Neteyam miró al heredero y veía que la mirada de Aonung era de una atmósfera sombría. Aunque también su rostro tenía una expresión neutral, pero se notaba que había tristeza en sus ojos. Los ojos de Aonung siempre eran muy expresivos. Neteyam acarició la mejilla de el con ambas manos.

—¿Qué pasa, Aonung?—

Aonung sonrió, pero era una sonrisa triste: —Les contaste a nuestros padres sobre nosotros anoche—

Al escuchar esa respuesta, la mente de Neteyam volvió a la noche anterior. Después de que su padre anunciara que se irían de Metkayina, contó la relación entre él y Aonung. Recordó las reacciones de todos. Pero recordaba más el rostro asombrado pero brillante de Aonung.

—Si, lo hice.—

—Yo... no esperaba eso de ti, para ser honesto. Ya que querías mantener lo nuestro en secreto.—

—Necesitaba contarle a todos. Desde hace tiempo debíamos haberlo hecho. —

Aonung se encogió de hombros: —Tienes razón pero yo tenía miedo porque tenía una pareja, ella fue elegida por mis padres. Mi madre estaba muy enfadada conmigo. —

—Entiendo que ella este enojada. Puede que piense que no sea adecuado para ti. —Los ojos de Neteyam miraron hacia abajo.

Neteyam pensó en la conversación rápida que tuvo con Ronal. Pensó en las preguntas que ella hizo sobre la seguridad de Aonung. Sacudió la cabeza internamente. ¿Quién era él para decir que protegería a Aonung? En el fondo, Neteyam sentía que no era capaz. No es lo suficientemente fuerte. Sintió los dedos de Aonung levantar su barbilla y miró esos ojos azul pálido que tanto le gustaban. Al ver esos ojos azules era como ver las estrellas en un eclipse.

—Neteyam— Aonung negó con la cabeza, —Yo veo que eres un gran guerrero digno de proteger a las personas que amas. Eres el más que adecuado para mí. Eres perfecto como eres.

Las orejas de Neteyam retrocedieron. Este sentimiento que estaba sintiendo. Era ¿Validación? ¿Aprobación? No... fue más extraordinario que esas dos cosas. Era la sensación de ser amado, de ser visto.

Neteyam no pudo evitar darle un suave beso a Aonung. Esto Hizo que el heredero se riera un poco. El le dio un beso en la frente. Neteyam suspiró mientras apoyaba su cabeza en su hombro abrazándolo. Sintió los brazos del heredero envolver su espalda.

Neteyam cerró los ojos para evitar que las lágrimas salieran, —Estoy muy agradecido por tenerte—

—Yo igual amor—

Se quedaron así un rato más abrazados. Hasta que Neteyam se preguntó si Aonung sabía que él se iría. Probablemente no lo sabía. A el le dolia mucho, pero tenía que decirle a Aonung la noticia de que se irán después de terminar de abrazarlo. Aunque aún quería seguir aferrándose a él porque sentía que Aonung era su salvavidas en este momento. Pero debía ser fuerte por su familia y por su amor. Se alejó de él y vio que su rostro tenía un pequeño surco entre las cejas.

—Mi familia y yo... bueno nos...—

Los ojos de Aonung se abrieron y su rostro refleja miedo.

—... Nos vamos hoy, mi amor—

Incondicionalmente ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora