— Y ahora también es igual a que sabe envolver regalos, igual que tú — Me entrega la caja ya envuelta, más decente de cómo yo lo había envuelto. Soy un asco en eso — Gracias.

— Luego me agradeces y ya sabes de qué manera — Dice en tono coqueto.

— Tenemos todo el tiempo del mundo — Lo beso y me alejo con rapidez antes de que me agarre y perdamos más tiempo, ya llevábamos veinte minutos de retraso, sino llegábamos pronto, nos íbamos a perder el pastel y eso sería algo trágico para Denzell, más cuando sabe que el pastel es de chocolate y él es adicto al chocolate.

— ¡Oye, regresa aquí! — Salgo corriendo con diversión y bajo apresuradamente las escaleras antes de que se le ocurra venir detrás de mí y llevarme de vuelta a nuestra habitación.

— Mamá, no puedo — Me mira Denzell suplicante y me rio al ver el nudo que se ha hecho en la garganta con su corbata — ¿No puedo ir normal como siempre? — Dice fastidiado.

— Si tan solo fuéramos nosotros como familia, sí, pero tus tíos han organizado algo grande para tus primos.

— ¿En mi siguiente cumpleaños podemos hacer algo grande? — Pregunta mientras le ayudo a acomodarse la corbata, sí que se ha hecho varios nudos — Con pastel de chocolate de tres pisos, un centro de mesa con muchos dulces y una máquina para hacer algodón de azúcar, también me gustaría una zona de juegos como en el cumpleaños de Jezabel, me gusto mucho lo de la ruleta rusa — Sonrió divertida en cuanto termino de desanudar la corbata y acomodándosela como debe, para algunas cosas era bastante buena — Nosotros podemos tener una mesa especial, donde solo estemos nosotros.

— Suena bien — Acomodo los mechones de su cabello que estaban fuera de lugar — ¿Algún lugar en especial?

— En nuestro jardín o en Rusia, la última vez que fuimos me encantó la vista, es bastante grande y colorido.

— Ya veremos entonces — Me enderezó — Ahora ve a terminar de alistarte, ya vamos muy tarde.

— Sí mami.

— ¿Sabes donde están tus hermanos?

— Jezabel está esperando en la sala, pero no sé dónde está Araziel, se fue cuando le entró una llamada al teléfono — Dice antes de volver adentrarse al baño.

Entro a la sala para ver a Jezabel mirando su pantalla del teléfono, tiene el ceño levemente fruncido para luego chasquear la lengua, no tengo idea de que está viendo, pero al parecer no es de su agrado.

— ¿Sucede algo? — Suelta un gran suspiro antes de bloquear su teléfono.

— ¿Por qué están aliados con un hombre que trabaja en la milicia? — Me mira interrogante — ¿No se supone que son el enemigo también?

— Bueno, yo creo que la alianza está más que bien — Me encojo de hombros — Además de que el hijo de mi aliado fue quien te salvó la vida — Suelta un resoplido.

— Me cae mal.

— ¿Por qué?

— Porque se cree mucho solo por ser hijo del ministro — Se cruza de brazos — Y de que es cadete en una de las mejores centrales que existen, aunque yo creo que la mejor central de la milicia es la que está en Londres — Hace una mueca — Presume demasiado de que es cadete desde los siete años y está por subir de rango en cuanto pase sus pruebas.

— ¿Y tú cómo sabes todo eso? — Preguntó divertida y sus mejillas no tardan en volverse de un color rosado — ¿Has investigado sobre él?

— No — Dice avergonzada, ya ni siquiera me estaba mirando a los ojos — Hemos... estado hablando.

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