Capítulo XIX

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19.

"El universo siempre estará conectado".

¡¡Despierta, mocoso!!

Abrí mis ojos en cuanto oí una voz chillona y pesada dentro de mi cabeza. Todo el cuerpo y cada musculo de este me ardía. Es extraño. Como si cada célula que formaba mi organismo reaccionaba a la imagen que mis orbes no eran capaces de creer.

¿Dónde estoy...?

Un lugar estrellado. Lleno... No, esta repleto de brillo estelar. Un lugar que tal vez ningún hombre en la tierra haya tenido la oportunidad de observar.

—Si no te apresuras... Morirá —me gire en dirección aquella voz.

Notando el simple brillo de una estrella, pero que en su momento... Fue la más importante amiga que pude tener.

Lo siento dentro de mi ardiente pecho.

Intente tocarla.

Pero al hacerlo...

Volví a perder la conciencia

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Volví a perder la conciencia.

No te duermas, no te duermas, no te duermas... Por lo que más quieras, ¡No te duermas, Adrien Agreste!

El temor de caer dormido otra vez me aterraba. Algo dentro me cantaba con aguda y suplica voz que no cayera de nuevo. Si no, perdería lo más importante que tengo.

—Tu tiempo ha llegado, Marinette Dupain-Cheng —una voz tenebrosa me hizo abrir los ojos rápidamente. Llevándose la ultima pisca de calma dentro del corazón en cuanto vi sus enormes garrar negras alrededor de su cuerpo.

Unas repletas de oscuridad y miedo.

Ahí estaba. Justo frente a mis esmeraldas. La imagen de la maldad cogiendo entre sus garras a la persona que he estado buscando a lo largo de casi un eterno año.

Marinette estaba frente a mi por fin... Pero estaba a punto de ser alejada por millonésima vez por la misma entidad que se ha encargado de cagarnos la vida. Incluso antes de empezar a caminar cogidos de la mano por ese camino lleno de rosas y espinas.

"El alma de la chica anhelada por la creación... Por fin regresara a su tierra natal. La era del origen. Su eterno destino". Palabras dichas por tu mismísimo padre, Marinette Dupain-Cheng.

—¿Q-qué? —no podía moverme. Tal vez me encontraba tan aterrado como ella. Esas enormes garras le quitaban el aire tanto a Marinette y a mí, y eso que ni me estaban cogiendo—. Ba-basta... Por favor.

—La existencia de tu ser... Es simplemente una herejía. Un pecado que he deseado borrar con mis garras desde que viniste a este mundo.

—¡Déjala, muerte! ¡No es su momento aún! —grito un ser de cabellos castaños y ropa extraña. Jamás la he visto antes, pero se notaba su preocupación hacia Marinette.

|2| Guiare tu camino - MLBWhere stories live. Discover now