|2| Guiare tu camino - MLB

Capítulo V

5.

Parte de nuestro pasado.

Kagami Tsurugi.

La novia que en su momento creí que todo chico deseaba tener. Una excelente alumna y la primera de nuestra —bueno, ahora de su— generación. Hay ocasiones donde olvido que me he convertido en un repitente. Una deportista calificada y de muy buena fama. Esgrimista de primera categoría. Hija de una prestigiada familia.

Una chica perfecta.

También demasiado perfecta para caer engeñado.

Me gusto en secundaria, flechazo por ese resplandor a elite que desprendían. Provocando que mis estúpidas hormonas de adolescente aletearan como estúpido. sonrojándome a primera visto, creyendo a simples palabras.

"Oh, es perfecta".

Empezamos a salir en primavera de mi segundo de secundaria.

Hicimos lo típico. Ir a citas. Tomarnos de la mano. Besarnos. Pasear.

Era perfecto. Es lo que siempre creía luego de pasar un día con ella.

Al menos eso pensaba.

Hasta encontrarla follando con Kim —él arrogante y tonificado capitán del equipo de natación—, en los vestidores de la piscina del instituto.

La encontré en plena sesión de sexo sudoroso cuando empezaron los rumores y las burlas a mis espaldas.

—¿Enserio quieres seguirla? —dijo Luka esa vez, cuando nos hallábamos comiendo en el McDonald's cerca del instituto—. Es tu novia, ¿Dudar de ella está bien?

Yo bebía mi soda con duda y culpa ese día. Desconfiar de mi novia no me hacía gracia alguna. La quería y mucho, tanto que necesitaba comprobar si esos rumores que oyó Nino en los vestuarios eran ciertos.

—Por eso mismo debo hacerlo —murmure sin ganas. Realmente me daba culpa dudar de Kagami. Ella siempre se demostró fiel y gentil en nuestro noviazgo. Jamás mostro señales de infidelidad—. Si compruebo que esas mierdas de las cuales hablan son mentira. Tendré todo el derecho de golpear al idiota que esparció el rumor.

—Ehh, realmente estás enamorado, amigo —comento burlón, mientras tomada él de su soda esta vez, mirando por la ventana a cualquier punto de la ciudad.

Me fue imposible responder. Es verdad, no lo negué.

Pero tampoco confirme.

Algo en mi interior me dijo "no estás enamorado".

Tal parece era cierto, y pude confirmarlo al oír sus gemidos, mientras la veía montar sobre las piernas de Kim. Luego de aquello, tome caminos diferentes, a pesar de no estar seguro de terminar, mientras ella me rogaba volver porque solo había sido un error.

—¡Po-Por favor, Adrien! ¡Fue un error! —pedí, abrazando mi brazo y llorando desconsoladamente, con la intención de evitar mi partida. Yo también lloraba, pero este dolor no era por su infidelidad o porque fuera a terminar una relación que yo solamente creía bonita.

Era por haber sido tan estúpido por creer en una maldita fantasía.

—¡Mírame! —me grito, no fui capaz de hacerlo—. ¡Yo te amo, Adrien! ¡Te am...!

Me solté con furia de su atadura. El alivio de la libertad llego a mi pecho, miras la miraba con una frialdad cristalina a través de mis esmeraldas.

—No me jodas.