Capítulo VII

173 26 32
                                    

7.

El limbo, otra vez.

¿Qué hay después de la muerte? Es una pregunta que todo ser viviente se hace. Ya seas humano o un animal, siempre será una incógnita que jamás podrá ser respondida con facilidad. Incluso siendo una persona que tuvo el vinculo entre la muerte y la vida, no podría decir la respuesta aquella pregunta.

Solo se dos cosas, y una era bastante incoherente de vivir siendo como soy. Un vivo. La primera y la más curiosa, es que soy alguien que fue capaz de entrar y luego salir de lo que algunos llaman limbo. El espacio que existen entre la vida y la muerte. Sitio donde los deseos de cada ser vivo pueden ser cumplidos fácilmente.

Lo segundo..., es la persona que tengo frente a mi en estos instantes.

Era una mujer de cabellera castaña y sumamente larga, tanto que podía tocar el suelo blanquecino con sus puntas. Llevaba un enorme camisón blanco y sus pies se encontraban descalzos.

Junto una mirada serena y vacía como el hielo.

—¿Me quedaras viendo todo el día, chico? —pregunto, juntando sus manos tras la espalda.

—¿Quién eres? —retrocedí unos pasos buscando distanciarme—. ¿Cómo sabías mi nombre?

Ella suspiro al cerrar sus ojos, comenzando su andar a mi alrededor. Similar al asecho de un animal salvaje.

—Solo estoy girando —espeto de repente y su respuesta me comprobó una duda. Esta mujer también podía leer mi mente—. Obviamente puedo leer tu mente y para tu respecte —me miro con superioridad, chasqueando sus dedos para hacerme sentar en una silla de detrás—. Soy la creadora, no un animal salvaje. Pendejo irrespetuoso.

Su repentina acción me hizo tomar cierta precaución. Al parecer no era una mujer común y corriente. En especial si puede hacer esto y también leer mis pensamientos.

—¿Se puede saber por qué has intentado suicidarte? Por fin habías conseguido la vida —musito, mirándome sin sentimientos.

—Quería verla —respondí seriamente.

—Verla, ¿Eh?

—Si sabes sobre mi suicidio y lees mi mente, también porque noto lo poderosa que eres..., debes saber a que me refiero con que deseo verla —dije, para luego preguntar—. ¿Dónde está?

—¿Quién? —pregunto de vuelta con voz burlona.

—Marinette —dije su nombre, sabiendo a la perfección que la persona frente a mi estaba al tanto de su ubicación—. ¿Dónde está Marinette?

Empezó a reír. A enormes carcajadas que me sacaron de quicio. Quise levantarme de esta estúpida silla, pero ella con un simple movimiento de sus dedos, me hizo volver a sentar.

—Tranquilo, mini miau —ese apodo me dejo helado—. Tu princesa de momento no esta aquí.

—¡¿Dónde diablos esta?!

—Fuera de servicio —respondió fríamente—. ¿Acaso no recuerdas que ya murió, niño?

—Mentira —negué rotundamente, no queriendo mirarle. Era doloroso.

—Es la verdad —dijo, rompiendo nuevamente mi corazón—. Venir al limbo a sido una perdida de tiempo.

Deseaba creer que me lo decía solo para alejarme. Enserio necesitaba que me dijeran que estaba bien, aun cuando su cuerpo no lo estaba. La realidad me golpeaba como un hacha cortando mi cabeza. Alejándome de la mujer que amo más que a nadie en este mundo.

|2| Guiare tu camino - MLBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora