Capítulo 45

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Cómo dijo Harry Styles: welcome to the final show

En otra vida será.

Narra Mark:

Los rayos de luz comenzaron a despertarme, poco a poco abrí los ojos para encontrarme con un techo blanco diferente al mío.

No estaba en mi casa.

Ni en mi cama.

Ni la chica a mi lado era mi futura mujer.

Pudo haber sido peor, pero gracias al cielo era Honee la que descansaba en mi pecho... y un chico delgado dormía abrazada de su cintura.

¿Pero qué mierda pasó?

Con cautela para no despertar a ninguno de los dos, me levanté de la cama en silencio, de inmediato una punzada atacó mi cabeza y un dolor horrible se hizo presente.

Noté que estaba vestido con una pijamada de Honee, mi ropa estaba extendida en el suelo, la tomé y me cambié con rapidez en la esquina, me puse los zapatos y salí de la habitación, no sin antes colocar la mano del chico en otro lado que no fuera la pierna de la chica, cuando volvió a ponerla fruncí el ceño y la quité de nuevo.

Al estar fuera de su cuarto, tardé en reconocer el lugar, y sí no hubiera sido porque hace pocos días la chica me hizo pasar a comer algo luego de recogerla del colegio, no hubiera reaccionado que me encontraba en el Penthouse de Eric Hearts.

La verdadera pregunta era: ¿Qué hacía yo aquí?

Los recuerdos estaban borrosos; lo último que mi memoria reproducía era mi cuerpo desplomado en el cuarto del armario de mi habitación, después de eso todo estaba en blanco.

La duda me comía por dentro, la confusión atacaba desde lo más profundo, en busca de un reloj luego de notar que no llevaba mi celular conmigo, me percaté de lo tarde que era.

Estaba por salir corriendo del lugar hasta que la voz de Eric Hearts me sorprendió por detrás.

—¿Por qué carajos estás en mi casa, Mark Holland?

Ni aunque supiera la respuesta hubiera podido responder.

El hombre me repaso de arriba a abajo, hizo una mueca de desprecio ante mi presentación y sus ojos verdes iguales a los de Hans, pero con una dosis de maldad que el castaño no compartía, se burló de mí.

—Ella no está aquí.

Evangeline.

Un clic hizo en mi cabeza y la posibilidad de estar aquí por ella fue mi primera teoría.

—Y no lo estará luego de hoy, muchacho.

Permanecí en silencio y hundí las cejas, el doble de perdido ante sus palabras y de nuevo, Eric se burló de mí.

—No lo sabías ¿verdad?

—¿Qué cosa?

—Luego de que los idiotas que tengo como hijos y yo tengamos nuestro juicio y pierdan, por supuesto, los cuatro se irán a Londres. Para siempre.

La reina de las constelaciones (bilogía corazón)Where stories live. Discover now