Capítulo 3

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Temporada 26, capítulo 1.

Narra Evangeline.

Fueron minutos, pero se sintió como una eternidad. Mark no decía nada, estaba petrificado en la entrada como si fuese un fantasma lo que hubiera visto.

Tal vez no haya tanta diferencia entre uno y yo.

Mi corazón latía tan rápido que podía escucharlo, no me sorprendería si incluso Mark lo escuchara a pesar de la distancia.

—¿Evangeline?— Dios, su voz... la extrañé tanto.

Traté de sonreír, era la única que podía hacer, no era lo suficientemente valiente para acercarme a él u abrazarlo o siquiera saludarlo de una manera decente.

—¿Qué...? ¿Cómo...?— las palabras se quedaban atascadas en su boca, no supe cómo sentirme al respecto.

Enfoque mi mirada en el suelo, pero luego me arrepentí y lo miré a él..., lucía diferente. Sus ojos color marrón brillaban bajo la luz de la luna y los pequeños copos de nieve que caían desde el cielo, su cabello castaño oscuro estaba más largo de lo que recordaba y tenía barba.

Jamás en mi vida lo había visto con vello en el rostro, lo hacía verse un poco mayor, dando el estereotipo perfecto de un maestro.

Estaba tan embelesada admirando los cambios de Mark que ni siquiera note el momento en cuando comenzó a caminar hacia mí, ahora estaba a tan solo dos pasos de mi cuerpo.

Me sorprendí a mí misma cuando fui yo quien tomó la iniciativa de cortar la distancia y dar dos pasos hacia delante.

Quedando justo frente a Mark.

Levantó las manos y me tomó del rostro, su tacto frío me causó un escalofrío por todo el cuerpo, las piernas me temblaban y los ojos se me llenaron de lágrimas.

—Eres tú... realmente eres tú— comenzó a sollozar mientras sus labios dibujaban una pequeña sonrisa triste— Creí que jamás volvería a verte.

Al instante me lancé sobre él y rodeé mis brazos sobre su cuello, de la misma manera Mark lo hizo en mi cintura y me abrazó con fuerza.

Hasta ese momento realmente me sentí de nuevo en casa, en los brazos de Mark, al escuchar su voz, al absorber su aroma, al apreciar sus ojos y su sonrisa, ese era mi hogar. Mark lo era.

—Perdóname, no debí irme, perdóname por favor— comencé a pedir desesperadamente— Yo... yo no podía seguir acá...

—Eva, tranquila... no llores— dijo acariciando mi espalda— no...; Mierda ¿Por qué te fuiste?

—Lo siento, Mark— las lágrimas fueron aumentando. Sus manos a mi alrededor me sostuvieron con posesividad, evitando que cayera al suelo cuando mis piernas flaquearon.

—Está bien, no debes pedir perdón— susurró en mi oreja con serenidad— ahora todo está bien, Evangeline.

No, para mí nada estaba bien, yo me encontraba en medio del caos, de la guerra y del sufrimiento, y recién era el inicio.

Minutos más tarde, cuando por fin ambos nos tranquilizamos, Mark se separó de mí y me sonrió mientras me sujetaba el rostro.

—No estoy soñando, ¿verdad?

—No lo creo.

—Qué bueno entonces, odiaría tener que despertar y no tenerte conmigo.

Sus palabras dulces dolían aun cuando no debería ser de ese modo.

—Tranquilo, despertarás y yo estaré contigo— sonreí también— no volveré a irme jamás.

—¿Lo prometes?

La reina de las constelaciones (bilogía corazón)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang