08 - 🗡️Sendero de Espinas🗡️

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ELOÍN

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ELOÍN

—¿Estás seguro de que estamos yendo en buena dirección, Espinoso? —pregunté mirando al frente, hacia el frondoso bosque que se tornaba cada vez más oscuro.

—Según el mapa, es al sur —respondió él—. Se encuentra cerca de la frontera entre Eshi y Ashai.

Espinoso no había salido nunca de Ashai y soltaba un grito temeroso por cada sonido proveniente del bosque, como si albergara horrores, como si trajera consigo el preludio de la muerte. Le había sugerido quedarse y dejarme a cargo, pero me respondió diciéndome que yo era un bruto.

—Estoy seguro de que pude haber llegado solo —dije bostezando.

—No me lo pienso perder —dijo Espinoso—. Si encontramos ese lugar, va a ser un suceso histórico.

El carromato se tambaleó.

Bueno, no era exactamente un carromato. Era una carreta con una carpa encima donde apenas podrían caber dos personas, aunque en realidad estaba llena de chucherías que había traído Espinoso y otras cuantas chucherías que Melina nos había obligado a traer al viaje. La carreta estaba siendo tirada por Lentormenta, el hijo que Lilo había dejado antes de morir. No se parecía en nada a su madre, pues este tenía plumas rojas de distintos tonos. No se camuflaba con el bosque. Esa ave estaba en pleno crecimiento, pero ya tenía la fuerza suficiente para acompañarme.

Espinoso se detuvo.

Ambos, Espinoso y yo, estábamos a un lado de Lentormenta, pues habíamos decidido bajar para verificar las direcciones. No teníamos buen campo de visión en medio de un montón de árboles, pero el científico sabía muy bien lo que hacía, guiándose por la trayectoria del sol o cosas así.

—Sigo pensando que este bosque tiene algo extraño —musité.

—No me asustes, Eloín —dijo Espinoso.

—No me digas que crees en fantasmas.

Él se giró para verme seriamente. Arqueó una ceja como diciéndome "no lo entenderías".

—No creo en eso —respondió él—. ¿Recuerdas que me hablaste de la vieja loca del bosque? Esa velaverde que quería darte como cena para su reina planta.

—Bueno, una planta carnívora suena más creíble.

—Tampoco es por eso —dijo Espinoso—. Imagínate ser un bendito Ahumador, de cualquier tipo, el que sea. ¿Qué harías tú con ese poder?

Cuando le contaba de mis aventuras omitía mucha información. Nunca le había contado que en realidad yo era un velazul. Pero tampoco se le había ocurrido preguntarme.

—¿Te unirías al Ejército Imperial para luchar por los intereses de Elania? —preguntó Espinoso—. ¿O acaso pasaría por tu mente aprovechar la suerte de ser un Ahumador y harías de todo para alcanzar tus propios intereses?

ASANE (Ya en físico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora