04 - 🕯️El dolor y la esperanza🕯️

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ASANE

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ASANE.

Hace ya unos días que viajamos con Eloín. Mamá dijo que era un hombre grosero, pero confiable. Dijo también que era un idiota y sucio y desordenado y holgazán. Sin embargo, no se animaba a decirle todo eso. Él es el que nos estaba llevando a un lugar mejor. Nos llevaba a Ashai. La capital del Imperio Elaní.

El sueño de papá era verla. Decía que era una vida que no estaba muy lejos, que iríamos en cualquier momento. Tomaría nuestras cosas, nos despediríamos de nuestros amigos y parientes y dejaríamos Eem atrás. Ahora lo estábamos haciendo, pero sin que él pudiera estar con nosotras.

No podía dejar de recordar. Las imágenes volvían a mi cabeza una y otra vez. Mi corazón. Sentía como mi corazón se caía, dejaba mi cuerpo. Solo quería acostarme y dormir. Aún no podía asimilarlo. Eran días extraños. Mamá me consolaba diciendo que mis amigos estaban bien.

—Asane —decía ella—, algún día regresaremos a verlos y todos tendrán familias. Ashai va a ser solo un hogar temporal.

—¿Y papá? —Sabía que estaba muerto, porque lo vi ser atravesado por una espada, pero su cuerpo debía ser velado de verdad, como era la costumbre.

Ella se callaba por un largo tiempo y me miraba sonriendo. ¿También estaba sufriendo? ¿También tenía la idea de regresar y recuperar a su esposo para enterrarlo y verlo por última vez? ¿También quería, tanto como yo, despedirse de él como era debido?

—Saho lo guía a un nuevo camino, hija.

—Los caminos de los Dioses son desalentadores.

—Siempre tienen sus motivos.

En mis trece años de vida, nunca había sentido tanto frío. Esa noche olía a tierra mojada. Llovió y con eso comenzó una tormenta. Eloín fue a resguardar a los hasei bajo un toldo de tela de campamento y volvió a entrar. Mamá estaba limpiando, como siempre. Ella limpiaba cuando se ponía triste, y hace mucho que no la veía limpiar tanto. Supuse que eso la distraía. Papá murió hace solo unos días y era difícil de asimilarlo.

Me era difícil de imaginarla llorando, porque la consideraba una mujer fuerte. Sin embargo, aunque no tenía una sola lagrima en su rostro, se oía una especie de entrecortado gemido de cachorro. Mamá tenía sus rituales para evitar llorar, como maldecir en voz baja o invocar a todos los dioses.

—Sade, Nami, Lana, Saho —decía y repetía una y otra vez mientras sacudía—. Sade, Nami, Lana, Saho.

No pude dormir hasta que pasó la tormenta. Sin embargo, otra pesadilla me despertó en un susto. Generalmente no le daba importancia a mis pesadillas, pero se volvían cada vez más frecuentes. Las imágenes me extrañaban, pero luego de un rato las olvidaba. Después ya no pude dormir por culpa del hambre. Nada era más horrible que el dolor en el estómago tras días sin comer.

Por suerte Eloín entró al carromato con comida. Bueno, en realidad era pan duro y unas verduras rebanadas. Yo me moría de hambre y estiré la mano para pedírselo.

Él no me dio el pan.

—Decidí quedarme a dormir con ustedes hoy porque en mi carromato hay goteras —dijo—. Y voy a invitarles la cena.

Cortó el pan por la mitad y colocó unas cuantas verduras rebanadas adentro, una sobre otra. Agregó sal y me pasó el resultado. Nunca había visto algo como eso. No sé por qué a nadie se le había ocurrido.

—¿Cómo lo llamas? —le pregunté con la boca llena y la comisura con migajas.

—Pan con verduras —me respondió.

—Muy creativo —le dije.

—El guisado de huevos se llama guisado de huevos —dijo él, sonriendo— y la sopa de lentejas se llama sopa de lentejas. ¿Cómo lo llamarías tú, niña?

—Bocadillo Vagabundo —respondí—. Porque estoy segura que lo inventó un vagabundo.

—Lo inventé yo.

—Entonces no me equivoqué.

Mamá se echó a reír.

Las siguientes noches fueron iguales, pero una vez mamá le dijo que estaba cansada de la misma cena, así que ella preparó algo más decente. Su famoso guisado tradicional de huevos. Para conseguir los huevos tuve que acompañarla a buscar nidos. Encontramos cinco y de aves diferentes, además de algunas especias.

Sus aves me fascinaban. Tenían muchos colores y parecían inteligentes. Además solo eran dos y podían tirar de carromatos enormes sin cansarse. Una vez hablé con Eloín sobre ellos y fue una larga conversación.

—¿Entonces Lilo es la que tiene muchos colores? —le dije. Estábamos sentados alrededor de una fogata. Mamá se había ido al río para lavar ropas mientras los hasei descansaban por el largo viaje.

—Sí, su plumaje sirve para llamar la atención del macho —contó él—. ¿Sabías que su nombre significa belleza en el idioma antiguo?

—¿Entiendes el Idioma Antiguo? —le pregunté fascinada—. Mi abuela hablaba un poco.

—¿Te dijo el significado de tu nombre?

—No recuerdo.

—Asane. Significa esperanza.

Aunque cenábamos mejor, yo notaba cierta preocupación en el rostro de Eloín. No era un hombre que hablara mucho, como sí era papá, pero era expresivo. Miraba siempre a todos lados y no nos dejaba salir del carromato hasta que haya echado un vistazo a la zona. Mamá dijo que era un hombre precavido.

NOTA DEL AUTOR

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NOTA DEL AUTOR.

Hoooolaaaaa! Espero estés teniendo un lindo día bendito por los cuatro dioses. ¿Como te llamas?

Bueno, no me digas. Te voy a apodar Arañita Mansadiana. Sí, sé que es un insulto. ¿Que tal Corremundos? ¿Te gusta más ese? Bueno, Corremundos, como te habrás dado cuenta Asane es nuestra prota. Te vas a llevar mejor con ella que con Athena, sin lugar a dudas. Recuerda darle ánimos.

Por ahora me despido, ¡que el camino te guíe!


ASANE (Ya en físico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora