12 - 🗡️Casa de Mushais🗡️

140 22 121
                                    

ELOÍN

Rất tiếc! Hình ảnh này không tuân theo hướng dẫn nội dung. Để tiếp tục đăng tải, vui lòng xóa hoặc tải lên một hình ảnh khác.

ELOÍN

Espinoso debería haberme hecho caso y traído armas. Uno no siempre iría componiendo a todos lados. Una espada pequeña nos habría servido en una ocasión de este estilo. En este caso, gracias a Melina, solo podría arrojarle ollas para defendernos. Sí, eso solo generaría que acabáramos atravesados por lanzas.

Ya en otra ocasión había peleado con una docena de hombres, pero estos eran borrachos y no median más de dos metros. Pelear sin componer contra un mushai era como pelear sin ropa contra un rinoceronte. Bueno, al menos Lentormenta se salvaría, pues los mushai no matarían a un animal indefenso.

—¿Tienes una vela selai, Eloín? —preguntó Espinoso.

Los monos gigantes seguían apuntándonos, pero inseguros, como si tuvieran miedo.

—Claro que sí, amigo —le dije sarcásticamente. Luego dije en voz alta—: Oigan, mushais, no nos maten todavía, esperen a que encienda una inofensiva vela frente a ustedes.

—Necesitamos otro plan —respondió él.

—No me mires —le dije—. El supuesto genio eres tú.

—¡Silencio! —dijo una voz. No sonaba tan humana, pero el acento era similar al elaní.

Nos callamos. De entre la docena de mushais que nos habían rodeado, salió una figura de pelaje marrón tierra, ataviado con una armadura de madera y una lanza en mano, casi tan larga con él. Por un segundo me pareció conocido.

—Umun —recordé.

El mushai líder se me acercó y pude tranquilizarme. Aunque ya estaba muy tranquilo, como de costumbre. Su altura era de casi medio metro más que yo. Eso no lo había notado en nuestro anterior encuentro cuando secuestraron a Asane solo para perdirle ayuda. Al final Asane no pudo hacer nada, pues era solo una niña. Todavía con eso, tenía la esperanza de que siguieran recordándome.

—Progenitor —dijo Umun, colocando una mano pesada en mi hombro derecho—. Progenitor de Nami.

Creían que yo era el padre de Asane.

—Sí —les mentí poniendo cara de inocente. Ya quisiera ella tener mis atractivos genes—. Más o menos.

Espinoso me miró de reojo. No supe qué decirle, así que simplemente improvisé:

—Él es mi sirviente —le dije a Umun—. Venimos de pasada.

—De hecho —dijo Espinoso—. Según lo que entendí, el mapa dice que es aquí. En aquella montaña.

Umun hizo un gesto con las manos y los mushai se acercaron más. Se arrancaron parte de sus pelajes y nos lo ofrecieron como ofrenda. No había que negarse. Uno tomó a Espinoso por la espalda, atrapándolo. Él gritó.

—Nosotros tuyos —dijo uno.

—Igualmente —respondí. Se me quedó mirando raro y saltó.

—Celebración —dijo Umun—. Ir a casa de mushais.

ASANE (Ya en físico)Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ