Capítulo 7

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Fue decir aquello y cerrar la boca en el acto. Mis manos fueron directo a mi boca y mis ojos directo al suelo. La ofensa a Rubén le tomó de sorpresa, y no pudo evitar abrir un poco la boca ante aquello. De hecho, a todos les había tomado de sorpresa mis palabras. Yo no lo planeaba decir; era meterse en la mierda sin razón alguna, solo porque sí. Mangel miraba la escena mudo, esperando reacción de alguno de nosotros. Aquella situación, así planteada, duró unos minutos más. Cada uno de nosotros esperaba que pase algo, la reacción de algún valiente, en fin, no ser uno el que de la cara ante aquello. Sin embargo, llegó un momento en el que comprendí que la única que debía hablar era yo que, sin más, era la única culpable y era muy injusto de mi parte esperar que cada vez que suceda algo, que Mangel nos tenga que salvar o justificar.

-Rubén, yo... -comencé a duras penas. Pero, ¿qué podía decirle? No había nada que justificara esa actuación mía, más si yo era la "pacifista", la que intentaba que no surgieran más peleas ni discusiones que pudiesen afectar más la ya enormemente deteriorada relación con Rubén- Yo... Perdó... -y fui interrumpida por el sonido del timbre.

Todos miramos hacia la puerta y Rubén habló rápidamente- Pues... Llegó la pizza... Voy a... Voy a abrir, ya vuelvo -dijo Rubén mientras se levantaba y emitía un "Ya va" dirigido al insistente repartidor que tocaba el timbre como si de ello dependiese su vida. Rubén, tras ir a su habitación y coger su cartera, se dirigió hacia la puerta y recibió al repartidor; mientras tanto, en el salón, Mangle y yo no manteníamos en silencio.

-¿Qué se supone que fue eso...? ¿Por qué lo hiciste...?-murmuró Mangel dirigiendo su mirada hacia mí.

-No lo sé... -respondí murmuré yo también mientras Rubén aparecía nuevamente con el cartón de la pizza en mano.

-Mangel, me debes 5... -comentó Rubén dejando la pizza sobre la mesa ratona frente a los sofás. Yo, por mi parte, me senté a un lado de Mangel y mantuve la mirada baja. Tras aquello, Rubén también se sentó y nadie hizo más.

El salón se sumió en el mismo silencio de antes y cada unos se mantenía en sus pensamientos. Nuevamente nadie hablaba y todos esperaban que alguien lo hiciese. Pequeños hilitos de vapor salían del cartón de la pizza y la efervescencia de la bebida se escapaba poco a poco de la boca mal cerrada de la botella. Levanté mi mirada y Rubén mantenía su móvil en las manos haciendo poco y nada con él. Mangel, por su parte, hacía básicamente lo mismo, se entretenía con su móvil viendo twitter con pocas ganas. Codeé a Mangel y él se giró hacia mí. "¿Qué?" preguntó con la mirada. Yo simplemente suspiré y señalé la mesa en donde la comida descansaba.

Me sentía estúpida, no por mis actos (que también), si no por la situación: Mangel con su móvil haciendo nada, Rubén con su móvil haciendo lo mismo, y por último yo con la mirada gacha y con un hambre anormal. O sea, ¿a qué estamos esperando? La situación realmente era estúpida y unas ganas increíbles de reír se apoderaron de mí.

- Qué estúpidos... -murmuré soltando una pequeña risita- ¿Qué les parece si comemos de una vez? A este paso se va a enfriar y tengo mucha hambre -dije levantándome de mi asiento y procediendo a abrir la caja de la pizza- ¡Que aproveche! -exclamé cogiendo un trozo de pizza y llevándolo a mi boca.

-Sí... Que aproveche... -dijo Rubén por lo bajo, extrañado por mi actuación. Copiando mis actos, cogió un trozo de pizza y lo llevó a su boca, al igual que hizo Mangel después. A partir de ese momento la cena se tornó relativamente normal. No se hablaba mucho pero tampoco reinaba aquél horrible silencio del principio y con eso, a mí ya bastaba.

En aquél momento se me ocurrió una pregunta que, pese a lo estúpida, tenía su lógica e importancia en el tema, ¿qué era lo que estaba pasando? Realmente había llegado un momento en el que era imposible no preguntarse aquello. ¿Por qué hacíamos tales cosas? Cada uno de nosotros exageraba cada situación a un limite realmente estúpido e innecesario. Hacíamos de tonterías del día a día un drama digno de una telenovela barata. Y era simplemente estúpido, ¿qué ganábamos con eso? Solo malos momentos y más razones para odiarnos mutuamente. ¿Alguna vez seríamos capaces de superar aquello? ¿De por fin dejar de ser tan inmaduros y hablar como personas normales de lo que realmente sentimos?

Aquellas eran preguntas que, en aquél momento, simplemente no tenían respuesta alguna. 
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N/A: Hoy, antes de ponerme a escribir este capítulo, leí los demás para ver cómo iba la historia y si en algo me estaba equivocando. Lo único que noté al terminar de leerlos, fue simplemente que me he estancado en este momento; los últimos capítulos parecen simplemente puro relleno y no escribo más que tonterías que, al fin y al cabo, no llevan a nada. Ahora mismo me voy a poner a trabajar en otro capítulo para avanzar algo más en la historia, aún tienen que pasar muchas cosas y a este paso nunca vamos a llegar a nada.

En fin, sólo quería comentarles eso. Espero que hayan disfrutado del capítulo y nos leemos luego, adiós ;) 

¿Del odio al amor? [FanFic Rubius]Where stories live. Discover now