Capítulo 17

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Dos semanas pasaron. 

La cena de aquel día, en la que Emma conoció a Jen, transcurrió normal; todos hablaron (¡hasta Rubén y Emma!) y disfrutaron de aquella espontánea cena. Durante ella, diversos temas se tocaron y trataron de manera divertida y extensa, por lo cual, aquella cena de 4 improvisada, se estiró más de lo estipulado por los allí presentes y, casi pasando la medianoche, los jóvenes recién estaban levantando sus respectivos platos y dejándolos todos en el lavavajillas. Tras aquello, llevando otro pack de cervezas a la mesa ratona del salón, su charla se alargó bastante rato más. 

Como antes fue mencionado, se tocaron un montón de temas, entre ellos la relación que mantenían Rubén y Jen pero, muy a lo contrario de lo que Emma quería, tanto Mangel como Rubén intentaron esquivar el tema cuanto pudieron porque, "sin lugar a dudas" pensaron los dos (sí, increíblemente Rubén también), "esto será doloroso para Emma". 

El tema se tocó mucho menos de lo que Emma hubiera deseado pero, "ya tendré tiempo de averiguar después" pensó, inconscientemente, de manera un tanto maliciosa. Y es que sí, Emma sabía que lo que hacía estaba mal, que podía dañar a una persona que en su vida le había hecho daño, pero también necesitaba aquello; su corazón lo necesitaba. Necesitaba saber de él, necesitaba acercarse a él, lo necesitaba a él, simplemente; porque había llegado un momento en el que, sin querer admitírselo a sí misma, había entendido que aún no se había olvidado de él, que aún le quería y que todavía no había superado nada de lo que había pasado. 

Y se odió.

Se odió porque sabía que aquello era una estupidez, porque él le había hecho daño y lo último que quería ella era salir lastimada nuevamente. Se odió porque su cordura, a medida que fue notando aquellos sentimientos que florecían nuevamente en su interior, se desintegraba y dejaba en su lugar una estúpida cosa llamada esperanza  que le decía "todo va a salir bien, ya lo verás..." mientra ella veía con la poca cordura que aún le quedaba, como todo se derrumbaba frente suya y no era capaz de hacer nada con ello. Se odió también porque, con el correr del tiempo, su relación con Rubén cada vez era más amistosa y, por si no fuera poco con el hecho de saber que aquello no iría más allá de una amistad, veía como la relación Rubén y Jen progresaba y veía con sus propios ojos, como Rubén quería y se enamoraba cada vez más y más de aquella pelirroja. 

Y entonces se odiaba nuevamente, porque se sentía hipócrita, enferma, loca, y no se reconocía. Intentaba hacer como que todos aquellos sentimientos y pensamientos eran algo normal y no les hacía caso, pero... ¿y si realmente se estaba volviendo loca? Nunca había pasado por algo así, no tenía experiencia alguna con aquellos sentimientos y tenía miedo, porque no se encontraba a sí misma dentro de ella; esa chica a la que no le importaba si le tenía que hacer daño a alguien con tal de conseguir lo que quería no era ella, no. Ella era todo lo contrario, o de eso intentaba convencerse cuando ese tema la atormentaba; pero luego veía a Rubén, veía que él otra vez le hablaba, otra vez le sonreía, y otra vez hacía bromas con ella y todo pasaba a importarle una mierda otra vez. "Esto es un puto círculo vicioso" pensaba afligida día a día, intentando no romper a llorar cuando todo la desbordaba por momentos. "Yo no soy así..." y no, no lo era, "él me está haciendo esto, es su culpa...", perro claro, era más fácil culpar a Rubén de todo. Sin embargo, ella sabía muy bien que era ella y sólo ella la culpable de aquello; nadie le había apuntado el pecho con una pistola y le había dicho que sienta cosas por Rubén nuevamente. 

... 

Pese a que aquellas dos semanas fueron difíciles para Emma, no lo fueron tanto para Mangel, ni tampoco para Rubén. Mangel, por un lado, ajeno a los nuevos sentimientos descubiertos por su hermana hacia Rubén, se sentía feliz, pues comenzaba a ver mejorías en la relación de Rubén y Emma y aquello lo llenaba de felicidad y satisfacción, ya que había luchado años para que aquello pasase y por fin sentía aquella paz que debería haber sentido desde un comienzo. Rubén, por otro lado, con aquella pequeñísima conversación que habían mantenido aquella noche antes de cenar, pensó que, tal vez, no era tan mala idea aquello de volver a hablar con Emma. Él era increíblemente feliz con Jen,  "y, realmente, hablar con Emma no debería conllevar ningún problema".

Rubén contadas veces se sintió incómodo con Emma en aquellas dos semanas pues, independientemente de la relación que mantenía con Jen y lo feliz que era con ella, Emma no dejaba de ser parte muy pero que muy importante de su pasado y aquello, a veces, le tocaba esa vena sensible y no podía evitar sentirse incómodo con ella ahí. 

El tiempo pasó y su relación amistosa mejoraba cada vez más; hablaban, reían, bromeaban, recordaban... en fin. No se trataban como antes, claro; aún había algunos choques entre ellos que desataban algunas peleas, pero aún así, Rubén había entendido por fin que, aquello de estar peleados siempre no servía para nada y que, con un poco de esfuerzo de los dos, aquello podía mejorar muchísimo y sus veranos, no acabarían arruinados. 

...

Las dos semanas pasaron y, con ellas, un montón de cosas en la mente y en el corazón de los individuos de aquella casa. No sabría decir si fueron dos semanas bonitas o no, pues aquello iba más que nada a juicio de cada uno de ellos, que eran los que la habían vivido (o padecido). Aún así, haciendo un juicio general de todo lo acontecido, aquellas simplemente habían sido unas semanas normales: ni tan buenas ni tan malas; poco conflictivas. Y es que aquello era lo máximo a lo que podían aspirar, porque una semana feliz, color rosa, nunca existiría; porque habría altos y habría bajos, y llorarían y reirían, discutirían y disfrutarían; simplemente vivirían. Y es que de aquello iba todo, de vivir, independientemente de todo lo que pasase; dar lo mejor de uno mismo para seguir adelante y que, todo lo que uno haga en el presente, repercuta de manera buena en el futuro porque, por más errores que cometamos y por más daño nos hagamos a nosotros mismos y al entorno, todos merecemos ser felices en la vida. Todos.  

¿Del odio al amor? [FanFic Rubius]जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें