—Saben que no... —respondería con frustración al ver su pequeño interrogatorio.

—¡Oh, lo siento! En realidad no lo sabemos porque todo este tiempo pensábamos que tu novio era Troy, no eres del tipo de persona que sale con dos al mismo tiempo, Adrienne. Entonces, ¿cómo podríamos haberlo adivinado? —exclamaría Jay con indignación y decepción.

No tengo nada que responder ante eso y no quiero enfadarlos más, así que sacudo mi cabeza en negación y miro hacia mi regazo.

—¿Ibas a terminar a Troy por Landon, verdad? —cuestionaría Kath con una triste sonrisa.

—No, iba a terminar con Troy porque no estoy enamorada de él. Estaba enamorada con la idea de estar con un hombre que mi madre aprobaba.

—¿Cómo demonios te ligaste a Landon Downey? Trabajo contigo, siempre estamos juntas cuando salimos y nunca han estado cerca ¿Cómo paso?—preguntaría Kath sin poder creerlo.

—No puede haberte conocido ayer, te dice cariño y sabía mi nombre. Ni siquiera me había conocido antes y además ¿cómo diablos sabe Landon Downey de Troy? —agregaría Jay con confusión.

Al notar la lluvia de preguntas, decidiría explicarles toda la historia, platicarles que el chico que conocí la primera noche en Forever era él y que una aventura de una noche se convirtió en una de meses. Al terminar mi pequeño relato ambos están sorprendidos.

—Landon Downey...el playboy más asediado de Nueva York...¿es el hombre adecuado para la tranquila y dulce, Adrienne? —preguntaría Kath con una sonrisa traviesa.

—Él es más que eso. Landon me salvó, vivía mi vida por todas las señales del destino equivocadas y él me demostró que podía vivirla por mí misma. Desde el momento que lo vi en el balcón, pude sentir una extraña conexión con él, que simplemente me dictaba que Landon era el único que podía tener la llave para mi corazón y cuando lo volví a ver en Forever algo en mí cambió. De pronto quería ser alguien más que no fuera la chica que mi madre creo. Así que salí y fui por lo que yo quería y él me acepto.

—¿Eso fue esa noche? —preguntaría Kath con boquiabierta.

—Sí, se supone que debía ser una aventura de una noche, luego fue de dos, tres...Y ahora estamos en la número cuarenta. Y aun así, cada día que pasamos juntos, hace que me enamoré de él un poco más, cuando estoy con Landon el tiempo pasa volando y desearía que se detuviera. Landon es leal más allá de lo que se dice.

Landon me mira desde el otro lado del restaurante, donde está en el bar con sus amigos. Me dedica una mirada llena de amor, pasión y respeto que simplemente me encanta. El amor y la aprobación en su cálida sonrisa derrite mi corazón en formas que nunca creí posibles.

—Y otra cosa...sabía que debía sentirme culpable. Hice algo que muchas personas considerarían imperdonable. Pero por mucho que lo intenté, no pude. Sentí que Landon y yo estábamos compartiendo algo perfecto.

—¿Algo como amor? —preguntaría Kath extasiada por la historia que acabo de contarles.

Vuelvo a buscarlo con la mirada y Landon se está riendo por lo que parece la broma de uno de sus amigos. La alegría de su cara me llena de ternura y afecto que jamás logré imaginar que tendría por algún hombre.

—Así es...

—¿Por qué no nos dijiste? —indagaría Jay con curiosidad.

—Lo intenté honestamente pero no me creyeron en ningún momento. Sé que debí intentarlo más, sin embargo tenía tanto miedo de lo que podrían pensar de mí —admitiría con un nudo en mi garganta debido a lo cobarde que fui con mis mejores amigos.

Una señal del DestinoWhere stories live. Discover now