Julianna se llevó una mano a la boca con preocupación.

—No sabía que el padre de Gabrielle aún viviera,por supuesto que debe tener familia,jamás lo cuestioné. Horas lo trataba como a su hijo,pero nosotros no somos su familia,por supuesto. Era otro preso más,pero nos involucramos demasiado.

Los ojos de Parminius aún se notaban preocupados.

—El padre de Gabrielle es un viejo ciego,que vive a unas cuadras de la plaza principal....

Julianna se quedó en silencio entendiendo lo que Parminius le acababa de decir.

—¡No,no es él! Eso no es posible, a mí hijo se lo llevaron lejos,es imposible que sea él. Aunque sus palabras sonaban sinceras,sus lágrimas no dejaban de salir.

No podía ser cierto,llevaba años buscándolo. Nadie había podido darle alguna pista de la mujer que se lo había llevado. Sus últimos recuerdos fue cuando conoció al esposo de la mujer. Era un hombre ciego,podía recordar aún el golpeteo del bastón en las paredes avisando que estaba por llegar. Era imposible que lo haya tenido tan cerca todo ese tiempo y que jamás se haya dado cuenta.

¿Tan mala madre había sido que no se había percatado de que podía ser si hijo?.

¡No! Eso no podía ser verdad...

—Es imposible,por favor,dime qué no estás tratando de decirme que ese chico que fue preso y torturado es mi hijo. El chico al que todos aquí han despreciado por ser enemigo,el muchacho al que mi hermano tuvo que defender de todos,no puede ser que sea él.

Parminius no podía decir más,cada palabra que salía de los labios de ella era dolorosa. Podía sentir su dolor,su pena. Y era algo que lo estaba matando. Porque él pudo evitar que se lo llevarán,pudo haber inventado algo. Pero simplemente había seguido el plan,iba a tratar de buscar la forma de rescatarlo. Pero no había imaginado que el muchacho que tanto apreciaba fuera el hijo de la mujer que amaba.

—Por favor,debes tratar de calmarte.

A él no le reclamó nada.

Pero a Dios si lo hizo. ¿Porqué permitía que supiera quién es su hijo de esa forma? ¿Acaso debía pagar más por sus pecados del pasado? Por supuesto que sí,ella era la única culpable de todo. De la muerte de su gente,y la persecución que por años habían tenido,todo era su culpa.

—¿Me ayudarás? Le preguntó al comandante. En éste de inmediato se encendieron todas sus alertas. La gitana estaba dispuesta nuevamente a entrar en la cueva del lobo con tal de recuperar a Gabrielle.

—No te dejaré ir sola a ningún sitio.

—Debo encontrarlo,antes de que Phillippe descubra que es su hijo,y quiera asesinarlo.

(....)

El Rey le había prohibido la entrada a todos en esa habitación,el único que tenía acceso era Monseñor Barberino. No quería que nadie supiera de su existencia hasta que estuviera bien seguro de lo que iba a hacer con el muchacho. Tenía muchas más preguntas que respuesta con respecto a su hijo. Debía pensar muy bien su siguiente paso.

El chico se quedó dormido con los ojos vendados,desde que había llegado que nadie le había ofrecido nada. Hasta en el calabozo de Solán había comido un poco de pan y sopa.. aquí era un enemigo del Rey,eso debía ser peor. De pronto el sonido de la puerta al abrirse lo alertó y se quedó muy quieto,esperando su destino. Estaba recostado con las manos atadas en la espalda y la posición era muy incómoda.

—¿Estás despierto?.

Escuchó que le llamaron,pero no tuvo el valor de responder de inmediato. Entonces alguien se sentó junto a él,era un hombre el que había entrado,pero aún se sentía aturdido para reconocer a su captor.—Despierta,traje algo para que comas. Le tomaron de la pierna para hacerlo reaccionar, él fingió asustarse.

El Color del Dolor Where stories live. Discover now