Solán no podía creer que precisamente Horas le dijera esas palabras,sentía demasiado dolor, demasiado odio que no podía dejarlo,no podía desprenderse de lo que para él había sido la batalla de su vida.

Y tampoco podía creer cuando sintió el rostro húmedo. Algunas gotas rebeldes estaban saliendo de sus ojos, recordándole que seguía siendo humano y podía sentir.

Horas le dió un largo abrazo que al principio no recibió bien, dándole un golpe en el pecho para separarse,pero no pudo con el gigante y dejó de resistirse. Entonces también decidió abrazarlo y soltar todo aquello que llevaba años atorado.

El dolor de quedarse solo,la traición de haber sido un niño engañado,y el desprecio que la vida había decidido darle a tan corta edad. Lloró mucho rato,cuando su cuerpo se sintió más hueco y ya no había más lágrimas que sacar,se separó de Horas.

—Esta es mi batalla también.

—No,está pelea nos pertenece a los gitanos,fue nuestra mala cabeza y nuestras decisiones las que nos llevaron a esto, tú puedes librarte de este destino que llevas como un peso muerto.

Solan se dejó caer en cuclillas,estaba agotado de todo,habían sido años de odio alimentado cómo una masa que lo devoraba. No sabía cómo parar.

—Quiero estar con ustedes en esto.

Horas le regaló una mirada triste,no deseaba perderlos. A ninguno de los dos y ya había tomado la decisión de ser él quien se sacrificara para terminar con esa masacre. Era el único que no tenía pareja,o familia másla de su hermana. Y todo había iniciado con ella,pero no podía sacrificarla cuando ella había encontrado con quién ser feliz por fin.

—No quiero perderlos,a ninguno de los dos. Los dos chicos que más quiero pueden huir juntos,e iniciar una vida en otro lado. No te quedes,vete con Gabrielle.

—No podría irme,no puedo dejarlos solos cuando han sido mis amigos y mi familia todo esté tiempo. Lloró de pesar,pero también de agradecimiento por un Horas que no había conocido.

El aire siguió golpeándolo con fuerza,ya era bastante tarde,pero el plan estaba demasiado avanzado para abandonarlo.

—¡Colibrí,por favor!.

Fue la última suplica de un amigo.

—Acepto que Gabrielle se vaya, tampoco deseo que se quede en este sitio en el que puede encontrar la muerte,pero yo no me iré viejo amigo.

Horas le lanzó una mirada significativa que Solán no desvío, entonces ya todo estaba decidido.

—Muy bien,hagamos eso entonces. Pero tú tendrás que decirle a Gabrielle que lo liberas para que se vaya con su padre,debes ser tu quien le de la libertad que tanto anhela. Solán abrió los ojos de par en par. ¿Por qué tenía que hacerlo precisamente él?.

—¡No,yo no haré semejante ridículo!. Suficiente fue con la escenita que acabamos de tener,no puedo repetirla ni de broma.

Horas sonrió.

—Para él es importante todo lo que tú digas, ¿Acaso no te das cuenta de lo que él crío siente por ti?.

Solan se quedó pensativo unos momentos para después soltar una patadita a la nada.

—No es necesario que lo digas,o que me lo recuerdes. No es algo de lo que me siento orgulloso.

Está Horas soltó una rosa mucho más fuerte.

—Me cuesta trabajo creer que no te gusta la idea.

—¿Qué es tan divertido?.

La voz de Jeremiah los sorprendió a ambos. Que de pronto se sintieron nerviosos.

El Color del Dolor Where stories live. Discover now