💗: treinta y cinco

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YeonJun hizo milagros para poder salir a tiempo de su trabajo

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YeonJun hizo milagros para poder salir a tiempo de su trabajo. Apenas abandonó la empresa y salió como alma que lleva el diablo rumbo a su mansión donde el omega ya debería estarlo esperando para ir en busca del perrito.

Pisó el acelerador con fuerza al estilo de Dominic Toretto y en diez minutos aproximadamente ya estaba presionando el claxon fuera de su residencia.

Miró el reloj y silbó por lo bajo, se encargaría de presumirle a BeomGyu sus nuevos talentos tras el volante.

A los pocos segundos pudo divisar el pequeño cuerpo del omega salir de la mansión con paso rápido; el pelinegro le abrió la puerta del lugar del copiloto justo a tiempo para que el menor ingresara.

—Hola —dijo YeonJun, sus manos apretando más de la cuenta el volante.

SooBin lo miró con ojos entrecerrados, apuntándole con un dedito acusador y ocasionando una gran confusión en el alfa.

—Lo vi —acusó—. Hyung, si quiere que lo acompañe, más le vale que se vaya quitando esas ideas suicidas.

El pelinegro parpadeó sin comprender. —¿Yo?

—Sí, usted —suspiró el menor—. No es sano conducir como usted lo hace.

El alfa rodó los ojos, ignorando lo mejor que podía aquel sonrojo que se había formado en sus mejillas ante el regaño del menor.

—No volverá a pasar, SooBin —aseguró.

El omega no estaba muy seguro, más no tenía otra opción que confiar. Se ajustó el cinturón de seguridad y se sujetó del asiento con fuerza, provocando un bufido en el alfa.

—¿No crees que exageras un poco?

—Para nada.

Con un último suspiro YeonJun se puso en marcha; por la estabilidad emocional del menor trató de llevar una velocidad adecuada y mantenerse concentrado, y es que no por nada el pelinegro prefería llevar chofer.

Era un completo temerario en el volante, y en el pasado había tenido uno que otro accidente que lograron sacarle canas verdes a su madre.

"Choi YeonJun; el día que decidas poner nuevamente tu culo tras un volante, será el mismo día que a mí me saquen en un ataúd para el cementerio"

Pocas veces el alfa había desobedecido (siempre a escondidas de su madre) y aquella era una de ellas; no quería que ningún chofer estuviera presente, porque de cierto modo llegaba a avergonzarle.

—¿Tiene alguna idea del cachorrito que quiere? —preguntó SooBin, tras pocos minutos en silencio.

—La verdad no —respondió, doblando hacia la derecha—; supongo que cuando estemos ahí lo decidiré.

El menor arrugó la nariz. —Si va a tener un cachorro será para cuidarlo y darle mucho amor.

—Por supuesto que lo sé —el tono del pelinegro fue ofendido.

Quiéreme Bonito | YeonbinWhere stories live. Discover now