💗: setenta y dos

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El incómodo silencio que se había formado tras la presencia del alfa peliblanco fue abruptamente interrumpido por el estridente grito de una emocionada pelinegra

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El incómodo silencio que se había formado tras la presencia del alfa peliblanco fue abruptamente interrumpido por el estridente grito de una emocionada pelinegra.

—¡Hey! —todos miraron a una chica correr en la arena rumbo al barco, seguida de un muy avergonzado pelinaranja—. ¡Ni se les ocurra dejarnos aquí!

Efectivamente, era Kim Hyuna.

La sonrisa en el rubiecito fue amplia; en la mañana la omega le había llamado para disculparse ya que no creía posible poder estar con él en la pequeña fiesta. Sin embargo, verla ahí demostraba que la mayor pudo desligarse de sus responsabilidades después de todo, y que ella con su alfa estarían con él en aquel día especial.

La pareja subió de manera apresurada ganándose miradas extrañas y curiosas; Hyuna dió un profundo suspiro para calmar su respiración errática, frunciendo el ceño cuando un aroma conocido y desagradable llegó a sus fosas nasales.

Giró su cabeza tan rápido como la niña del exorcista, asustando al peliblanco que se había mantenido en silencio desde que la había visto llegar.

Hyuna alzó una ceja al reconocerlo; aquel alfa canoso era el que se revolcaba con su adorada hermanita.

—¿Tú qué pito enfloras aquí?

GeunSuk le miró con molestia. —¿Te refieres a mí?

—¿Ves a otro cabeza de ajo aquí?

El alfa tuvo que morderse la lengua para no responder. Todo estaba mal, Lia nunca le mencionó que su hermana iría a esa estúpida fiesta, fue tomado por sorpresa y ahora debía encontrar la manera para librarse sin tener consecuencias.

—Creo que la cabeza de cebolla le quedaría mejor —opinó YeonJun con una mueca burlona, ganándose un pellizco del rubiecito.

—No sean groseros con GeunSuk hyung —pidió, frunciendo el ceño.

Hyuna metió sus manos a los bolsillos de su chamarra. —Lo siento, conejito; pero este sapo y yo no podemos estar en el mismo lugar ni respirar el mismo aire —le dió una mirada mortal al peliblanco—. No soporto su presencia.

De pronto, a YeonJun le caía mejor la amiga loca de su omega.

—Vaya, hasta que estamos de acuerdo en algo —respondió GeunSuk, con la rabia de la vergüenza hirviendo en su interior.

La pelinegra gruñó irritada. —¿Y a tí quién te invitó? —miró a YeonJun—. ¿Fuiste tú? Cuando me empezabas a caer bien... —chasqueó la lengua.

—Yo no lo invité —respondió el alfa con absoluta seguridad.

A Hyuna ya le caía mejor.

Miró a SooBin. —¿Fuiste tú, conejito?

El omega jugó con la tela de su camisa, sin atreverse a mirar a los demás. Toda aquella situación se le hacía extremista, y él de verdad que sentía pena por GeunSuk; ya que pensaba que no merecía ser tratado de aquella forma tan grosera.

Quiéreme Bonito | YeonbinWhere stories live. Discover now