💗: dos

922 129 66
                                    

—¡OMEGA, VEN AQUÍ!

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

—¡OMEGA, VEN AQUÍ!

Soobin cerró sus ojitos tratando de no maldecir por tercera vez en el día. Llevaba una semana trabajando en el taller del señor Kim y ciertamente era frustrante. Aunque no había mucho para quejarse, ya que había probado suerte en otros lugares y debido a su corta edad había sido rechazado de manera inmediata. Un pequeño omega como él debía solamente estudiar tal y como le había dicho la señora de la panadería, o simplemente tener un novio y ser rebelde, tal y como le había dicho el señor de los periódicos. Es por eso que le sorprendió de sobremanera cuando el cascarrabias del alfa Kim había accedido a darle trabajo en su taller de mecánica.

"Mira chico, no te lo tomes personal, pero no me agradas. Te doy el trabajo porque soy consciente de que eres la única esperanza de tus hermanos y porque espero, realmente espero que hagas un buen trabajo. Al mínimo error te echo a la calle."

Bufó frustrado mientras limpiaba la grasa de sus manos en su sucio overol. Los pies le dolían al igual que la espalda, nunca imaginó que el trabajo sería tan pesado y agotador. Pero debía soportarlo todo, sus hermanos necesitaban comer y un techo en el que vivir, además de que no se podía permitir el sacarlos del colegio, esa fue la principal razón para quedarse. Un futuro mejor.

También que no quería ver la cara de satisfacción de todos esos estúpidos alfas que le veían arrogantes y llenos de burla. ¿Qué se creían? ¿Qué por ser omega no podía trabajar al mismo nivel que ellos? Estaban muy equivocados si pensaban que lo verían rendirse, él les demostraría que era mucho más que un chiquillo delicado. Debía ser fuerte, se lo debía a su madre.

Caminó con paso decidido y semblante orgulloso recibiendo como siempre los múltiples chifleteos de la manada de hormonales que tenía como compañeros de trabajo. Rodó los ojos sin tratar de ocultar su fastidio cuando fue consciente de las miradas intensas que recibía en su cuerpo, dejándole claro una vez más que todos los alfas tenían el cerebro de adorno y el pene como centro de mando.

<<Solo son criaturas sin cerebro Soobin, ignóralos y concéntrate en tu trabajo.>>

Se decía a sí mismo una y otra vez en un pobre intento de mantener su filosa lengua guardada dentro de su boca. Desde pequeño su carácter había adquirido un deje de acidez que no se molestaba en ocultar cuando algo no le agradaba, y el hecho de estar recibiendo piropos patéticos y fuera de lugar no ayudaba en nada para mantener esa acidez guardada para sí.

"Omeguita de mis ojos, sal conmigo que no tengo piojos"

"Simpatía y alegría, ¡lo tienes todo vida mía!"

"No me gustan los dulces, pero contigo hago una excepción bomboncito"

Soobin observó incrédulo a su compañero ¿Era en serio? ¿No había otro mejor?

"Que curvas y yo sin frenos"

¿De verdad tenía que usar ese? Soobin estaba seguro que aquel tipo se había equivocado de trabajo porque, ¿Qué hacía un albañil en un taller de mecánica?

Quiéreme Bonito | YeonbinWhere stories live. Discover now